La colocación de la estatua de Poseidón en las aguas de Progreso ha desatado una tormenta de controversia entre los residentes locales, quienes han asegurado que la presencia del dios griego del mar ha enfurecido a Chaac, el dios maya de la lluvia.
Mientras los yucatecos luchan por recuperarse del impacto de Beryl, la estatua de Poseidón se ha convertido en un imán para turistas y curiosos, quienes, desafiando las advertencias y supersticiones locales, acuden en masa a tomarse fotos. Las teorías más escandalosas sugieren que la estatua podría ser la responsable de la tormenta, alimentando el mito de que la furia de Chaac ha sido desatada por la presencia de este intruso griego.
Los residentes locales no están tomando la situación a la ligera. Existen reportes de que grupos han amenazado con destruir la estatua para apaciguar a Chaac y restaurar la paz en la región. Algunos incluso han sugerido realizar rituales antiguos para calmar al dios maya y evitar futuros desastres naturales.
El huracán Beryl, el primero de la temporada atlántica de 2024, azotó la península de Yucatán con una fuerza histórica, alcanzando la categoría 5 con vientos devastadores de 251 km/h. Las tormentas y lluvias intensas no solo causaron estragos en los destinos turísticos de la región, sino que también llevaron a la cancelación de más de un centenar de vuelos en el aeropuerto de Cancún y al cierre de puertos aledaños.
Finalmente, las autoridades señalaron «saldo blanco» en el lugar. La gobernadora de Quintana Roo, elogió la responsabilidad de la comunidad ante el paso del fenómeno meteorológico.