OTAN, punta de lanza

Washington, (Prensa Latina) Estados Unidos fue sede de la cumbre anual de la OTAN, que, para sus miembros y aliados es un escudo de defensa y seguridad, contrario a lo que opinan sus críticos que la catalogan como la alianza militar más peligrosa de la historia de la humanidad.
Por Deisy Francis Mexidor
Corresponsal jefe en Estados Unidos

Ambos puntos fueron recurrentes en Washington, ahora que los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se dieron cita en la capital de Estados Unidos para celebrar la reunión en el contexto de su aniversario 75 (4 de abril de 1949).
En el discurso de bienvenida el pasado 9 de julio en el Auditorio W. Mellon, el presidente Joe Biden intentó asegurar que la alianza político militar es más fuerte que nunca y puso las cartas sobre la mesa: Ucrania.
Biden anunció lo que llamó una «donación histórica» de nuevas capacidades críticas de defensa aérea para reforzar los equipos de guerra de Ucrania para enfrentar a Rusia.
Aseguró que la nación europea que «recibirá cientos de interceptores adicionales durante el próximo año», una promesa de ayuda que se produce en momentos en que se analiza minuciosamente su desempeño en el escenario mundial ante interrogantes sobre su futuro político.
Un reporte de la radiodifusora NPR dijo que las palabras del presidente fueron como «música para los oídos de los aliados».
Mientras otros expresaron preocupación en cómo sería una relación de Estados Unidos con la OTAN en caso de un eventual triunfo de Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre.
Desde que inició su campaña electoral, Trump prometió que de ser reelegido no defendería a los miembros de la OTAN que no cumplan sus objetivos de gasto en defensa.    El exgobernante (2017-2021) se quejó por mucho tiempo de que Washington carga injustamente con una parte desproporcionada de lo que deben asumir los miembros de esta asociación.
Previo a su elección en 2016, el republicano cuestionó más de una vez el propósito y la eficacia de la OTAN, a la que llegó a calificar de «obsoleta».
Así que un escenario postBiden es el que tendría que enfrentar el exprimer ministro de Países Bajos Mark Rutte, próximo secretario general de la OTAN a partir del 1 de octubre como relevo de Jens Stoltenberg, quien comandó la alianza desde 2014.

REFRESCAR LA MEMORIA

La historia de la OTAN comenzó después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) cuando la diplomacia estadounidense y británica prepararon el escenario para enfrentar a la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que fue el principal aliado para derrotar el denominado Eje nazi – fascista.
El 4 de abril de 1949, el Tratado de Washington sentó las bases de la OTAN que, después de la caída del bloque socialista, sumó a la República Checa, Hungría y Polonia al pacto agresivo en1999.
En años sucesivos lo hicieron Bulgaria, los países bálticos exsoviéticos Lituania, Letonia y Estonia, así como Rumania, Eslovaquia y Eslovenia, Albania, Croacia, Montenegro y Macedonia del Norte en 2017 y 2020. Parte de ellos formaron la destruida Yugoeslavia.
Las más recientes incorporaciones fueron en 2023 y 2024, Finlandia y Suecia, respectivamente.
El proceso de expansión de la OTAN inició con la «reunificación alemana» el 3 de octubre de 1990, un eufemístico término utilizado para entender la absorción de la República Democrática Alemana por Alemania Occidental incorporando a ese estado del Pacto de Varsovia a la OTAN, consideran historiadores.
Ahora Ucrania y su eventual incorporación a la alianza, sería otra punta de lanza contra Rusia. La declaración final firmada el 10 de julio por sus 32 naciones miembros tuvo ese claro propósito, que ven como un camino «irreversible a la membresía».
«Mientras Ucrania continúa con este trabajo vital, seguiremos apoyándola en su camino irreversible hacia la plena integración euroatlántica, incluida la membresía en la OTAN», subrayó la declaración.
Sin embargo, la entrada a la alianza -contrario a las advertencias de Rusia- no terminará este año. «No es una cuestión de si entra, sino de cuándo», subrayó a los periodistas el secretario general saliente de la OTAN, Jens Stoltenberg.
La Cumbre (hasta el 11 de julio) dio también a Ucrania un fuerte respaldo en ayuda militar (más de 43 mil millones de dólares) porque, a juicio de Stoltenberg, «no hacemos esto porque queramos prolongar una guerra, lo hacemos porque queremos poner fin a la guerra lo antes posible».
Pero el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, advirtió que las medidas tomadas por la OTAN en esta cumbre obligarán a Rusia a tomar decisiones para contener a la alianza.
«Los pasos de la OTAN en la cumbre requerirán que Rusia tome decisiones para contener la alianza», dijo Peskov al insistir que «la expansión de la OTAN al territorio de Ucrania es una amenaza inaceptable para la seguridad de Rusia».
De acuerdo con los reportes que circularon, el vocero subrayó que «la OTAN ha confirmado una vez más su esencia: es una alianza creada para la confrontación y, de hecho, (demuestra que) está plenamente involucrada en el conflicto en torno a Ucrania».

VOCES CONTRAPUESTAS

Justo múltiples voces se alzaron en Washington DC, por la celebración de esta cumbre de aniversario. Los días 6 y 7 de julio grupos de activistas realizaron acciones para captar la atención de lo que ocurriría jornadas después.
Celebraron la Conferencia No a la OTAN, sí a la Paz con delegados no solo de Estados Unidos sino también de Alemania, Francia, Italia, Bélgica y Canadá; una manifestación en el Parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, y marcharon por céntricas calles de la capital para alertar que esta alianza no es bienvenida.
Ann Wright, coronel retirada del Ejército de Estados Unidos y una de las organizadoras de la conferencia, llamó a «vivir en un mundo de paz y no de guerra», porque los conflictos bélicos son terribles para los humanos y el planeta.
En declaraciones a Prensa Latina, la además exdiplomática, recordó que dimitió «hace 20 años del gobierno federal en oposición a la guerra de Irak».
Desde entonces -subrayó- he estado trabajando por la paz en lugar de por la guerra, «que es lo que Estados Unidos parece estar haciendo todo el tiempo».
Estamos muy preocupados por el belicismo de la OTAN y cómo se ha ido moviendo a otras partes del mundo como el Pacífico, acotó Wright, miembro de Veteranos por la Paz y coautora del libro Disentimiento: Voces de Conciencia.
Así que nos enfrentamos a una OTAN global, que es realmente lo que está sucediendo ahora, añadió.
En tanto, la diputada alemana Sevim DaÄŸdelen señaló que «la OTAN y el país líder, Estados Unidos, no tienen nada que ver con los derechos humanos, siempre y cuando no dejen de matar gente en todo el mundo».
Mientras Medea Benjamin, cofundadora de CodePink, reclamó el fin del gasto del dinero de los contribuyentes para financiar guerras como la de Ucrania.
Precisamente en un artículo coescrito con Nicolas Davies, Benjamin apuntó que «la OTAN arrastrará a sus miembros a la Guerra Fría de Estados Unidos con China acusándola de suministrar tecnología de armas de doble uso a Rusia…»
Pero la característica principal de la cumbre será una muestra superficial de unidad para tratar de convencer al mundo que la OTAN y Ucrania pueden derrotar a Rusia y que negociar con Rusia equivaldría a rendirse, añadió.
A juicio de los autores los líderes de la OTAN no vinieron a Washington para resolver cómo pueden cumplir con sus obligaciones internacionales y negociar la paz en Ucrania.
Por lo contrario. En una reunión de junio en preparación para la cumbre, los ministros de defensa de la OTAN aprobaron un plan para poner el apoyo militar de la OTAN a Ucrania en un nivel más firme en los años que vendrán, agregaron.
Durante su viaje a Washington en febrero, Stoltenberg esta cumbre sería una oportunidad para que la OTAN planifique sus próximos 75 años.
Para Biden -en crisis en su campaña de relección- ha sido el intento de mostrar que está en condiciones físicas y mentales no solo para seguir en su puesto otro cuatrienio sino también en una posición de liderazgo en la OTAN.