Toluca sin agua y sin autoridad que resuelva

Desde hace varios meses, la ciudad de Toluca, en el Estado de México, ha sido escenario de una crisis hídrica que ha afectado a miles de sus habitantes. La falta de agua ha generado una serie de problemas y desafíos que han puesto a prueba la paciencia y la resistencia de la población. A pesar de los esfuerzos de la institución encargada de proporcionar el vital líquido, las soluciones implementadas han sido insuficientes y, en muchos casos, ineficaces.

La institución responsable del suministro de agua en Toluca inició un programa de distribución mediante pipas, un esfuerzo que buscaba mitigar la escasez. Sin embargo, desde el principio, el proceso estuvo plagado de complicaciones. Para acceder a una pipa de agua, los habitantes debían levantar un reporte con su número de identificación de servicio (NIS) y estar al corriente en el pago del servicio, un requisito indispensable para ser considerados.

Inicialmente, el tiempo de respuesta para recibir una pipa de agua era de 72 horas hábiles, lo que en la práctica se traducía en un mínimo de 9 días. Esta espera prolongada y las estrictas condiciones para acceder al servicio generaron descontento y frustración entre los ciudadanos. Con el tiempo, la institución redujo el tiempo de respuesta a 72 horas, es decir, tres días. Sin embargo, esta mejora fue solo en teoría, ya que, en la práctica, las pipas no llegaban a tiempo.

La realidad es que, para recibir una pipa de agua, los ciudadanos deben pasar por un calvario burocrático. El proceso implica llamar al teléfono de Agua y Saneamiento, una tarea que puede llevar de dos a tres horas debido a problemas constantes de redireccionamiento de llamadas. Una vez que logran comunicarse, deben ser transferidos a la sección de «operaciones», donde la llamada a menudo se corta o no contestan. Solo después de superar estos obstáculos, pueden proporcionar su número de reporte y esperar que el encargado de pipas programe la entrega en un horario que abarca desde las 9 de la mañana hasta las 10 de la noche.

Sin embargo, incluso después de ser programados, no hay garantía de que recibirán la cantidad de agua solicitada. Las pipas suelen dejar solo 2500 litros, según las instrucciones recibidas, una cantidad que a menudo es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de un edificio. A esta situación se suma la reciente experiencia de algunos habitantes que, después de todo el proceso, han visto sus reportes cerrados sin recibir el servicio.

Tal es el caso de la colonia Santa Clara, donde el Coordinador de Operadores de Pipa, Lic. Edgar Becerril, cerró un reporte argumentando que, según su bitácora, en esa colonia estaba cayendo agua, aunque fuera poca. Su respuesta a las quejas fue que los habitantes debían levantar un nuevo reporte por cañería tapada si el agua no estaba fluyendo. Además, sugirió que los inconformes se dirigieran al titular del servicio en el área correspondiente para presentar sus quejas.

Esta situación ha generado una gran incertidumbre entre los habitantes de Toluca, especialmente en el Centro Histórico, donde la demanda de agua es alta y el suministro es insuficiente. A pesar de que los ciudadanos continúan pagando por el servicio, no están recibiendo ni siquiera el 50% del agua que necesitan. La pregunta que todos se hacen es: ¿qué solución tiene en mente la administración municipal para resolver esta problemática?

El presidente Municipal de Toluca y las autoridades responsables deben tomar medidas urgentes y efectivas para garantizar el suministro adecuado de agua a todos los habitantes. Nos preguntamos, ¿Por qué los ciudadanos padecen y las grandes refresqueras no?, ¿Hasta cuando los habitantes deben recurrir a la compra de pipas para surtir el vital líquido?.

La crisis hídrica en Toluca no solo es un problema de suministro, sino también de gestión y responsabilidad. Los habitantes de la ciudad necesitan respuestas claras y acciones concretas por parte de las autoridades para superar esta situación. Mientras tanto, la lucha por el agua continúa, y la esperanza de una solución justa y equitativa sigue siendo el anhelo de miles de toluqueños.