Ciudad de Guatemala, 20 jul (Prensa Latina) Pueblos indígenas de El Salvador (Nawat), Honduras (Ch’orti’) y Guatemala (Ajaw Ajpop y Winñq de Chi Iximlew Pam-paxil) rechazaron hoy la conmemoración de los 500 años de colonización española.
En la Ciudad Antigua de Iximché, actual municipio de Tecpán, departamento de Quetzaltenango, los participantes coincidieron en que antes deberá darse un reconocimiento a los daños a los pueblos originarios.
El evento y ceremonia de intercambio de conocimientos ancestrales tiene por objetivos, según los organizadores, honrar la memoria de resistencia y negar los festejos de los 500 años de colonización.
El representante de la organización maya Sotz’il Daniel Guarchaj calificó de importante esta actividad de resistencia, que representa lo que está vivo, el trabajo que se realiza en las comunidades y la riqueza de la sabiduría originaria.
Contó que están conformados por matemáticos, curanderos, guías espirituales, símbolos danzantes y una diversidad de pensadores, quienes de alguna manera hacen valer su voz ante ciertas injusticias y exclusión del Estado.
Guarchaj subrayó en declaraciones al medio Prensa Comunitaria que esta protesta no solo es para desafiar las injusticias pasadas, sino para exigir el reconocimiento y respeto por la cultura y los derechos de los pueblos mayas.
Es un rescate aún -agregó- porque no hemos tenido la oportunidad de desarrollarnos como pueblo, mientras el sistema es ajeno a nuestros anhelos, a ese desarrollo del conocimiento propio.
En Guatemala, algunos registros históricos indicaron que los españoles llegaron a las costas en febrero de 1524; sin embargo; otros desmienten o cuestionan la veracidad del año.
Investigadores apuntaron que el día 20 de ese mes, hace poco más de medio siglo, se dio la batalla en la que murió uno de los últimos gobernantes del pueblo k’iche’, Tecún Uman.
El 11 de abril de 1524, insistieron, el conquistador Pedro de Alvarado anotó dos veces Quauhtemallan (lugar de árboles) en una carta enviada a Hernán Cortés.
Así aludía a Iximché («bosque de maíz»), capital del señorío kaqchikel y de las primeras ciudades mayas, al utilizar el término que le daban sus guías, entonces indígenas mexicanos.