Ámsterdam, 2 ago (Prensa Latina) Un equipo de investigación que analiza hoy la pintura «La ronda de noche», de Rembrandt, constató el uso de una mezcla de pigmentos de sulfuro de arsénico para crear un brillo dorado en el traje de un alto oficial.
El verdadero título de este cuadro es «La compañía militar del capitán Frans Banning Cocq y el teniente Willem van Ruytenburch» (1642), figuras principales de un grupo de arcabuceros y la pieza en concreto es el jubón -prenda de moda en España en los siglos del XV al XVII- del teniente van Ruytenburch.
Rembrandt mezcló las sustancias en su obra más famosa, y ahora la pesquisa llevada a cabo en el museo Rijksmuseum donde se exhibe, las analizan desde 2019, sosteniendo junto con la Universidad de Ámsterdam que la intención del artista fue crear la ilusión de un hilo de oro en los bordados del jubón del militar.
El maestro neerlandés del Siglo de Oro usó materiales llegados a través de rutas europeas de comercio.
De acuerdo con una especialista del museo se utIlizaron pigmentos naturales de sulfuro de arsénico, como el oropimente (amarillo) y rejalgar (rojo) para el efecto dorado de la almilla del teniente van Ruytenburch.
Una de las autoras principales del estudio, Fréderique Broers, junto con Nouchka de Keyser, otra experta en arte, declaró que la aplicación de técnicas de espectroscopia, microscopia y rayos X de alta tecnología realizadas a dos muestras obtenidas en 2019 reveló la presencia de otros dos componentes.
Por eso se habla de una mezcla de varios productos, añadió Broers; se hizo en el curso de la denominada Operación Ronda de Noche, y encontraron durante su desarrollo pararrejalgar (formado como alteración del rejalgar) para el amarillo y pararrejalgar semiamorfo para el naranja-rojo.
El segundo pensamos que debió obtenerse calentando o tostando el primero, logrando así lo nombrado como sulfuro de arsénico artificial, explicó.
Aunque los pigmentos arsenicales se le aplicaban en aquella época a las frutas y flores de los bodegones, este hallazgo indica que Rembrandt innovó al usar algo más para los retratos, añadió colores a su paleta y amplió la gama de materiales los cuales, se creía, podían obtener los artistas del siglo XVII en Ámsterdam.
La investigación fue publicada en la revista Heritage Science, y aunque Broers admite que la terminología puede resultar algo confusa por el uso de nombres distintos para cada uno de los pigmentos, con ayuda de técnicas analíticas específicas se pueden distinguir dos moléculas.
Incluso, si ambas solo contienen arsénico y sulfuro, hemos podido diferenciarlas, aseguró.
Todo ello servirá para documentar y preparar la conservación y limpieza del cuadro, que debe su nombre popular al barniz amarillento del pasado, concluyó la experta del museo Rijksmuseum.
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