Naciones Unidas, 19 ago (Prensa Latina) Las lluvias torrenciales y las hostilidades agravan la situación humanitaria en Myanmar, con más de 400 mil afectados recientemente, comunicó hoy la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
La crisis en espiral ha obligado a muchas personas a adoptar una actitud de supervivencia, indicó por su parte la Oficina de ONU en el país, en referencia a las dolorosas consecuencias del conflicto generalizado y el desastre devastador.
Las precipitaciones dañaron infraestructuras críticas, incluidas carreteras y ferrocarriles, junto con amplias franjas de tierras de cultivo, lo que amenaza tanto los medios de vida como la seguridad alimentaria.
«Las organizaciones humanitarias locales y nacionales están a la vanguardia de esta respuesta, mostrando una determinación incansable para ayudar a los necesitados» aseguró la representación en el país asiático.
De acuerdo con OCHA, en todo Myanmar, unos 3,3 millones de personas están desplazadas internamente, muchas sin refugio adecuado y en zonas afectadas por combates, como la provincia de Sagaing, en el norte, que alberga a unos 1,25 millones de personas.
En esa región se registraron nuevos combates como parte de una ofensiva de la fuerzas de seguridad contra los grupos armados étnicos que se oponen a la junta militar.
Esas acciones obligaron a unas 10 mil personas a huir de sus hogares sólo este mes.
Los enfrentamientos desplazaron además a miles de personas en la tercera provincia más poblada del país, Mandalay, incluso en su capital, Ciudad de Mandalay.
La ONU estima que 18,6 millones de personas en Myanmar necesitan asistencia humanitaria con urgencia, incluidos seis millones de niños.
El contexto en la nación continúa en caída libre desde que los militares derrocaron al gobierno electo en febrero de 2021 y encarcelaron a los principales líderes, incluido el presidente Win Myint y la consejera de Estado Aung San Suu Kyi.