Continúan amenazas en Springfield tras rumores falsos de Trump

Washington, 18 sep (Prensa Latina) Al menos 33 amenazas de bomba recibió hasta hoy la ciudad estadounidense de Springfield en los últimos días, tras los rumores falsos diseminados por el candidato republicano Donald Trump y su compañero de fórmula JD Vance.


Aunque todas las amenazas fueron falsas elevaron el clima de tensión existente en esa urbe del estado de Ohio, cuyo gobernador, Mike DeWine, dijo a la prensa que «ninguna de ellas tuvo validez alguna» y afirmó que «la gente tiene derecho a sentirse segura».


La víspera, la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, respondió preguntas ante las cámaras de tres miembros de la Asociación Nacional de Periodistas Negros, en las que abordó el tema de las afirmaciones infundadas del binomio republicano.


Particularmente Trump impulsó aún más la falsa narrativa en el primer debate contra Harris, cuando sostuvo que «en Springfield, se están comiendo a los perros. La gente que entró, se está comiendo a los gatos».


La vicepresidenta denunció esa postura de su oponente. «Aprendí hace mucho tiempo en mi carrera, teniendo experiencia como fiscal, que cuando tienes estos puestos, cuando tienes ese tipo de micrófono frente a ti, realmente debes comprender a un nivel muy profundo cuánto significado tienen tus palabras», subrayó.


En ese sentido lamentó todas las intimidaciones recibidas en Springfield y advirtió que «no hay lugar para la violencia política en los Estados Unidos».


Poco más de un mes y medio separan de las elecciones en Estados Unidos en las que los dos candidatos que se disputaran la presidencia este año mantienen una carrera muy reñida.


Según encuestas no ocurrió prácticamente cambio alguno en el apoyo de los votantes hacia los contendientes después del debate del 10 de septiembre. Harris sigue con ventaja, pero dentro de los márgenes de error.


A inicios de julio, cuando aumentaba la presión para que el presidente Joe Biden abandonara la carrera por un segundo mandato, los republicanos admitieron su temor de que la entrada de Harris podría dar un vuelco a la contienda.