Washington, 21 sep (Prensa Latina) Al parecer las prácticas de presión del expresidente de Estados Unidos Donald Trump en 2020 cuando buscaba la reelección podrían repetirse en 2024 como candidato republicano mientras intenta volver a la Casa Blanca.
Un reporte en el diario The Washington Post dijo que Trump habló por teléfono esta semana con un senador del estado de Nebraska como parte de un esfuerzo de último momento para cambiar la forma en que el estado asigna sus votos electorales.
De esa manera, según el material periodístico, bloquearían el camino a su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris.
El periódico describió conversaciones de aliados de Trump y de republicanos de Nebraska para cambiar la forma en que el estado realiza las elecciones y cómo se obtienen los votos del colegio electoral.
El rotativo informó que el senador estatal Merv Riepe habló brevemente por teléfono con Trump el miércoles en presencia del gobernador de Nebraska Jim Pillen, ambos republicanos.
La llamada ocurrió durante una visita del senador por Carolina del Sur Lindsey Graham, aliado del exmandatario, quien alentó a los republicanos en la legislatura unicameral de Nebraska a cambiar a un sistema de votación electoral estatal en el que el ganador se lleva todo.
«Quiero que se cambie la ley. No he tenido reparos al respecto (…) Tenían la mente abierta. Les dije: ‘Escuchen, es su decisión. Se reduce a un voto electoral. Quiero que entiendan lo que significaría ese voto», dijo Graham, quien insistió en la necesidad de garantizar que Trump obtenga la mayor cantidad posible de votos electorales.
La propuesta se debe a que Nebraska es uno de los dos estados, el otro es Maine, que otorgan algunos de sus votos electorales por distrito congresual, un método que lo que ha dado a los demócratas una buena oportunidad de ganar un solo voto del área de Omaha, a pesar de la abrumadora inclinación republicana en todo el estado, destacó el análisis.
En los comicios de 2020, Trump ganó un voto electoral del segundo distrito rural del Congreso en Maine y es el gran favorito para volver a hacerlo, mientras que Joe Biden fue vencedor en uno del segundo distrito rural del Congreso de Omaha, en Nebraska.
De acuerdo con los pronósticos, con el voto electoral de Omaha, Harris aseguraría los 270 votos electorales necesarios para abrir la oficina del Despacho Oval, pero, por supuesto, si cantara victoria en las elecciones en sus tres estados más disputados: Wisconsin, Michigan y Pensilvania.
En el país ya comenzó la votación temprana. Nebraska envió la víspera las papeletas a votantes militares y en el extranjero, mientras que las dirigidas a otros electores se mandarán a partir del 30 de septiembre.
Todo esto recuerda a enero de 2021, cuando el propio Post divulgó una explosiva grabación en la cual Trump le pedía al principal funcionario electoral de Georgia que encontrara suficientes votos para anular el resultado de la elección que perdió frente a Biden.
«Solo quiero encontrar 11 mil 780 votos», reclamó Trump al republicano Brad Raffensperger, secretario de Estado de Georgia, de acuerdo con el audio de la comunicación telefónica.
Justo ayer la Junta Electoral de Georgia, uno de los estados de la Unión clave en las elecciones de 2024, aprobó una norma que requiere el conteo manual de los votos, lo que retrasaría los resultados.
El texto dispone que una vez se cierren las casetas de votación en la jornada de las elecciones el 5 de noviembre y, además, se haga la contabilidad por las máquinas, se procederá al recuento manual de todos los votos en la totalidad de los condados de Georgia.
Los críticos del procedimiento, entre los que se incluye un grupo de funcionarios locales no-partidista, advierten que no solo se tratará del retraso del conteo, sino que el método manual podría ser susceptible a errores e incluso fraudes.
Esta es la más reciente de una serie de normativas aprobadas en los últimos meses por esa Junta Electoral Estatal, que desde mayo último cuenta con una mayoría conservadora y que, de acuerdo a medios locales, es afín a Trump.
Trump tiene en Georgia uno de sus varios problemas con la justicia. Allí fue fichado en una cárcel de Atlanta en una trama que lo acusa por sus maniobras para tratar de revertir los resultados electorales en ese estado hace casi cuatro años.
El exmandatario introdujo la falsa narrativa del fraude electoral que aún repite casi a las puertas de las elecciones de 2024.