Madrid, 27 sep (Prensa Latina) Vestido con su famoso traje del pirata Jack Sparrow, el cineasta Johnny Depp conquistó San Sebastián en una visita sorpresa a niños ingresados en el Hospital Universitario Donostia.
Un gesto que elevó hoy al firmamento la admiración y simpatías por el afamado actor y también director estadounidense, que llegó al 72 Festival de cine de San Sebastián para presentar fuera de concurso su película Modi, Three Days on the Wing of Madness.
El largometraje, su segundo en calidad de realizador, trata sobre el artista italiano Amedeo Modigliani, cuando trataba de escapar de París. Más allá del nivel de la cinta, recibió más aplausos por su aventura humanitaria como Jack Sparrow.
Célebre con Eduardo manostijeras, La Novena Puerta, Sweeney Todd, Enemigos públicos, El llanero solitario o El turista, hizo una aclamada incursión en la planta de Pediatría y Oncología del centro médico.
Allí despertó furor y euforia en los niños enfermos de cáncer. Una forma de ayudarles a «olvidar por unos minutos las dificultades que están atravesando», declaró Depp.
Para charlar, reír y jugar con los niños hospitalizados, según ha informado el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) en un comunicado: «Han compartido risas y anécdotas».
Ha alegrado a los pacientes, familias y al personal sanitario que trabajaba en el centro donostiarra en este turno, comentó el Servicio Vasco de Salud.
«Agradecimiento infinito a Johnny Depp por su tiempo, su apoyo y su energía (…), ha sido un soplo de aire fresco para toda la planta», resaltó acerca del acto y el personaje de Sparrow, que antes hizo algo similar en las salas infantiles de otros hospitales alrededor del mundo, como Vancouver, París, Londres, Brisbane y ciudades de Estados Unidos.
El gesto se añadió a las emociones en España por la entrega anoche a Pedro Almodóvar del Premio Donostia a su trayectoria de manos de la actriz Tilda Swinton. Una ocasión que el realizador de Todo sobre mi madre, Hable con ella o Mujeres al borde de un ataque de nervios, entre otras películas, aprovechó para desbarrar de la «extrema derecha negacionista del cambio climático», y defendió la inmigración y la eutanasia.
Fue categórico al subrayar que los inmigrantes traen muchos beneficios a España y a Europa, y estigmatizarlos, en particular a menores no acompañados, es un despropósito.
Confesó sentirse emocionado hasta «las lágrimas» en el Festival de San Sebastián, coincidiendo con su 75 cumpleaños, reconoció que «nunca pensé en mi talento. Yo lo que pensé es que tengo una vocación (…) y si no consigo hacer cine, seré la persona más desgraciada del universo».
Aprovechó para rememorar que hace 44 años presentó en Zinemaldia, como se le conoce también al festival, su primera película «Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón».
Un nuevo lauro que llega justo tras conquistar el León de Oro en la Mostra de Venecia, que añadió a sus colmadas vitrinas con dos Oscar, cinco Goya, cinco Bafta, cuatro César y el Premio Nacional de Cinematografía de España.