El asesinato del sacerdote Marcelo Pérez en el estado de Chiapas es un crimen «absolutamente inaceptable» y debe ser investigado de manera «exhaustiva», demandó este domingo la oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
La ONU-DDHH «condena el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez, perpetrado esta mañana en San Cristóbal de las Casas (…) e insta a las autoridades a llevar a cabo una investigación pronta, exhaustiva y eficaz», informó en un comunicado.
En breves declaraciones a periodistas, la presidenta mexicana Claudia Sheibaum aseguró que su gobierno ya abrió una investigación y que está en contacto con autoridades de la Iglesia católica.
El religioso había recibido amenazas y contaba con medidas de protección cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de acuerdo con ONU-DDHH.
El gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, aseguró en su cuenta de la red social X que se iniciaron las investigaciones «para que su muerte no quede impune».
Contra la violencia
En las distintas parroquias a las que fue asignado, Pérez coordinó movilizaciones de la comunidad, incluidas marchas contra venta de drogas en bares y cantinas.
La violencia «ya no se aguanta», reclamó el pasado 13 de septiembre durante una peregrinación por la paz que se realizó en Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas.
En 2021 apoyó el levantamiento armado del grupo Autodefensas del Pueblo El Machete, en el municipio de Pantelhó, donde fungió como mediador entre el gobierno y el grupo armado.
Pero en julio de 2021 fue señalado de estar presuntamente relacionado con el secuestro de 21 hombres en esa comunidad, lo que el sacerdote negó.
En 2022, en medio de versiones no confirmadas de que sería detenido por orden de la fiscalía, numerosas organizaciones internacionales de derechos humanos, como Amnistía Internacional y como ACAT-France, denunciaron un intento de «criminalización» del sacerdote.
Uno de los crímenes que desató condenas dentro y fuera de México fue el de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, ultimados dentro de su iglesia en el estado de Chihuahua el 20 de junio de 2022.