Boston, Estados Unidos, 20 feb (Prensa Latina) Rivalidad, pasión, talento desbordado y también el aderezo político del momento, Estados Unidos y Canadá disputarán hoy aquí nada más parecido a una final soñada en el 4 Naciones de hockey sobre hielo.
El pabellón TD Garden, del barrio West End de Boston, y sus casi 18 mil butacas aguardan con impaciencia el espectáculo, que marca la primera disputa desde el 2016 de un título internacional del dinámico deporte con la participación de jugadores de la National Hockey League (NHL).
Los de las barras y las estrellas lideraron la clasificación en el certamen, que incluyó además a las selecciones de Finlandia y Suecia, mientras los de la hoja de arce fueron segundos al caer precisamente ante sus vecinos 1-3 en la ronda de todos contra todos en el Bell Centre de Montreal.
Ambos equipos cuentan con hockeístas capaces de desequilibrar a la defensa contraria y de perforar la red, con los estelares Connor McDavid (Edmonton Oilers), el ya legendario Sidney Crosby (Pittsburgh Penguins), Nathan MacKinnon (Colorado Avalanche) y Cale Makar (Colorado Avalanche) entre los pilares canadienses.
La escuadra local no se queda atrás, liderada por Auston Matthews (Toronto Maple Leafs), Matthew Tkachuk (Florida Panters), Jack Eichel (Vegas Golden Knights) y Jack Hughes (New Jersey Devils) y con la tranquilidad de tener de su lado al mejor arquero del momento en la NHL, Connor Hellebuyck (Winnipeg Jets).
Sin embargo, el entrenador principal de Estados Unidos, Mike Sullivan, enfrenta dolores de cabeza por la enfermería con la que lidia en el torneo, con Charlie McAEvoy (Boston Bruins) aún hospitalizado por una infección y Quinn Hughes (Vancouver Canucks) y Brady Tkachuk (Ottawa Senators) en duda.
Afortunadamente para los anfitriones, Matthews y el mayor de los hermanos Tkachuk, Matthew, parecen recuperados de sus lesiones y entrenaron ayer con sus compañeros de cara a la finalísima del 4 Naciones, antesala del regreso del hockey sobre hielo al programa olímpico, el próximo año en Milán y Cortina d’Ampezzo, Italia.
No faltará en el duelo soñado el morbo del tema político, facilitado por los reiterados propósitos del presidente estadounidense, Donald Trump, de anexar a Canadá como el Estado 51 de la Unión.
Hace cuatro días en el Bell Centre de Montreal, instalación con capacidad para más de 20 mil personas, el público silbó el himno de Estados Unidos, hasta el punto de que los organizadores tuvieron que recordar por el audio la necesidad de ser respetuosos, por el bien del gran deporte.
En el hielo, los hockeístas se apropiaron de las tensiones, y en apenas nueve segundos de desafío ya habían protagonizado los bandos tres peleas, lo cual atiza la expectación en el TD Garden.