Lima, 27 abr (Prensa Latina) La polémica y frustrada asistencia de la presidenta peruana, Dina Boluarte, a las exequias del papa Francisco, persistió hoy y reflotó el presunto intento de nombrar embajador en El Vaticano a un ministro investigado por corrupción.
El canciller, Elmer Schialer, tras asistir a los funerales del pontífice representando a Boluarte, dijo que los asistentes lamentaron o expresaron sorpresa por la ausencia de la mandataria, cuyo pedido de permiso para el viaje rechazó el Parlamento, con mayoría considerada afín al Ejecutivo.
«Yo aspiro a que la señora presidenta pueda decidir solicitar autorización para viajar a la entronización del nuevo papa. Es algo a lo que me estoy adelantando, porque es algo que tiene que evaluar ella», afirmó.
La negativa congresal invocó sobre todo lo inoportuno de que la jefa de Estado se ausentara cuando persiste el desborde de la criminalidad organizada y sus consecuencias de extorsión y asesinatos diarios por sicariato que el Gobierno intenta conjurar.
Tras la decisión del Legislativo, considerada previsible por leves síntomas previos de resquebrajamiento de la concertación entre el Congreso y el Gobierno, la mandataria y sus ministros criticaron con intensidad el veto al viaje.
En un acto público, Boluarte se refirió al tema tácitamente y con inusitada vehemencia, y señaló que su país debe estar representado internacionalmente, como corresponde, pero «algunas voces del tamaño de sus mezquindades» quieren agregar a estas la de afectar esa representación y cerrarse a la posibilidad de obtener en ese ámbito inversiones para el país.
Posteriormente, encabezó un homenaje gubernamental póstumo a Francisco y asistió a la misa oficial por el pontífice fallecido, ofrecida por el Nuncio Apostólico y se presentó vestida de negro, al igual que sus ministros.
De otro lado, el cancller Schialer, en una entrevista radial durante un viaje al exterior, fue preguntado sobre el presunto intento de designar embajador ante la Santa Sede al exministro de Desarrollo e Inclusión Social, Julio Demartini.
Demartini tuvo que renunciar a su cargo ministerial tras el impacto de acusaciones de responsabilidad en casos de corrupción en un programa de alimentación escolar a cargo de ese organismo y la fiscalía pidió que se le prohíba salir del país, sin conseguirlo.
El canciller respondió que en ningún momento el Gobierno consideró la posibilidad de nombrar a Demartini embajador y dijo que las numerosas versiones son solo «política ficción».
«Yo soy el canciller, yo debería saber eso, eso no fue así», declaró.
Ante las primeras versiones sobre el posible designación, en febrero pasado, Schialer comentó que «es algo que he leído en la prensa, y lo voy a tratar con la señora presidenta. Yo no veo ningún impedimento legal, se lo digo desde ya, para que el señor Demartini pueda ser nombrado embajador del Perú ante la Santa Sede».
El Gobierno desestimó la designación diplomática a mediados de marzo pasado, después del pedido fiscal de prohibir la salida del país de Demartini.
Perú: Polémica por viaje presidencial frustrado a exequias del Papa
