Washington, 5 may (Prensa Latina) El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió con un posible plan para nada bien recibido: dará instrucciones para reabrir la tristemente célebre prisión de Alcatraz, convertida hoy en un museo.
La penitenciaría federal de máxima seguridad situada en una isla de San Francisco fue cerrada en 1963 y ahora Trump quiere reconstruirla y recuperar sus funciones para «albergar a los delincuentes más despiadados y violentos de Estados Unidos».
«Durante demasiado tiempo, América ha estado plagada de delincuentes despiadados, violentos y reincidentes, la escoria de la sociedad, que nunca aportarán nada más que miseria y sufrimiento», escribió en su plataforma Truth Social.
También expresó que «ya no toleraremos a estos delincuentes en serie que siembran la suciedad, el derramamiento de sangre y el caos en nuestras calles».
«Por eso, hoy (ayer) ordenaré a la Oficina de Prisiones, junto con el Departamento de Justicia, el FBI y Seguridad Nacional, reabrir un ALCATRAZ sustancialmente ampliado y reconstruido, para albergar a los Delincuentes más despiadados y violentos de Estados Unidos», indicó en la plataforma de Internet.
La eventual reapertura de la cárcel, que albergó el siglo pasado a connotados gánsteres como Machine Gun Kelly o Al Capone, es una noticia que recibió de inmediato críticas.
Para el senador de California Scott Wiener la idea de Trump es «absurda a primera vista» y resulta el último ejemplo de lo que señala como un «continuo comportamiento desquiciado» del ocupante del Despacho Oval.
Algunos de los que se oponen al proyecto esbozado por Trump dicen que reconvertir Alcatraz en una prisión implicaría un enorme gasto público en un momento en que la propia administración republicana implementa un amplio plan de recortes.
El Gobierno de Trump ya envió a inmigrantes deportados a El Salvador bajo la presunta acusación de que pertenecen a bandas criminales como las pandillas el Tren de Aragua o la MS-13, para lo cual el presidente invocó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una ordenanza de tiempos de guerra.
En su primer día en el cargo, declaró una emergencia nacional para aumentar sus poderes y asegurar la frontera de Estados Unidos con México; además reiteró que haría las mayores deportaciones de la historia, pero sus planes chocan con desafíos en los tribunales.
Durante una entrevista concedida a NBC publicada este domingo, Trump señaló que «la frontera ahora no es la emergencia (…) La frontera es… es todo parte de lo mismo. La gran emergencia ahora mismo es que tenemos miles de personas que queremos expulsar, y algunos jueces quieren que todos comparezcan ante los tribunales».
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