Quito, 8 may (Prensa Latina) El ministro ecuatoriano de Salud Pública, Edgar José Lama, informó hoy que el Gobierno activó todos los protocolos sanitarios para contener los recientes brotes de tosferina y fiebre amarilla.
«El gobierno nacional se encuentra atendiendo desde el primer día estos brotes de enfermedades», señaló Lama en un video publicado en la noche de este jueves en redes sociales.
Afirmó que los focos están controlados y se destinarán todos los recursos necesarios para inmunizar a la población no vacunada «en el menor tiempo posible».
En esta primera fase, la vacunación contra la tosferina se dirige a niños menores de siete años, y posteriormente se extenderá a mujeres embarazadas.
Lama reconoció que en los últimos días se hay una alta demanda, y cientos de personas han hecho filas en las afueras de los centros de salud por una vacuna, incluso algunas declararon a medios locales que les sugirieron buscar las inyecciones en clínicas privadas.
Respecto a la fiebre amarilla, el funcionario mencionó que el plan prioriza a residentes y viajeros en la región amazónica, así como a quienes se desplacen a países donde la enfermedad es endémica, como Brasil, Colombia, Perú y Bolivia.
«No es necesario vacunarse contra la fiebre amarilla para viajar a Europa, Estados Unidos o China», aclaró el ministro, e insistió en que se están realizando cercos epidemiológicos para garantizar la tranquilidad de la población.
Lama advirtió que ni la vacuna de fiebre amarilla ni la de tosferina deben ser aplicadas a personas mayores de 59 años por posibles complicaciones.
Hasta el momento, Ecuador registra 380 contagios de tosferina en 2025 y 11 fallecidos, seis de ellos menores de un año, mientras que de fiebre amarilla contabilizan cuatro casos, dos de ellos perdieron la vida.
Mientras, sigue la búsqueda de mascarillas para los menores, pues el Ministerio de Educación ordenó la obligatoriedad de esos aditamentos de protección en las escuelas de cuatro provincias (Guayas, Manabí, Pichincha y Santo Domingo de los Tsáchilas).
Existen denuncias de precios elevados y especulación comercial con las mascarillas, lo cual obligó a las autoridades a fiscalizar la venta.
Gobierno de Ecuador asegura que activó protocolos sanitarios
