Corrupción entra en batalla por elección presidencial en FIFA

La Habana, 27 may (PL) Las fuertes acusaciones vertidas hoy en Estados Unidos sobre corrupción en el seno de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) pudieran marcar las elecciones del próximo viernes.
La fiscal general de Estados Unidos, Loretta E. Lynch, aseguró este miércoles que el Departamento de Justicia de ese país está «determinado a acabar con la corrupción en el mundo del fútbol».
Las acusaciones fueron respaldadas por el director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), James B. Comey, y otros altos cargos de la justicia estadounidense, que solicitó el arresto de siete dirigentes del máximo organismo del fútbol mundial.
Los imputados utilizaron sus posiciones de confianza para solicitar sobornos a cambio de los derechos comerciales, y lo hicieron una y otra vez, año tras año, torneo tras torneo, afirmó Lynch en rueda de prensa.
Entre los arrestados en la ciudad suiza de Zúrich, donde asistían al congreso anual de la FIFA, se encuentran dos vicepresidentes, Jeffrey Webb, de Islas Caimán, y el uruguayo Eugenio Figueredo, acusados de corrupción.
La perversión abarca al menos dos generaciones de directivos de fútbol que, supuestamente, abusaron de sus posiciones de confianza para adquirir millones de dólares en sobornos, agregó Lynch.
Con posterioridad, agentes del FBI y el Servicio Interno de Ingresos (IRS, por sus siglas en inglés) ejecutaron varias órdenes de registro en una redada en la sede de la Confederación Norte, Centroamericana y de Caribe (Concacaf) en Miami Beach, Florida.
El Departamento de Justicia estadounidense señaló que investiga, entre otros, contratos relativos con una marca deportiva del país y relativos a la Copa Mundial de Brasil-2014.
De los arrestados, cuatro se declararon culpables en la investigación, que incluye sobornos por más de 100 millones de dólares, según los documentos divulgados por el Departamento de Justicia.
Entre ellos se encuentra Chuck Blazer, quien por casi dos décadas fue el estadounidense de más alto rango en la FIFA, y confesó haberse embolsado millones de dólares en comisiones por contratos de mercadeo y evadir el pago de impuestos.
Las autoridades estadounidenses dijeron que también se declararon culpables Daryan y Daryll Warner, hijos del expresidente de la Concacaf, el trinitario Jack Warner, quien en cambio se declara inocente.
Todos encaran sentencian máximas de 20 años de prisión por conspiración criminal, conspiración para cometer fraude electrónico, lavado de dinero y obstrucción de la justicia.
Con unas reservas de más de mil 500 millones de dólares y una facturación digna de una multinacional, la FIFA se ha erigido desde la llegada de Blatter en una potencia financiera e institucional regularmente sacudida por escándalos de corrupción.
La FIFA debe esta prosperidad a un aumento significativo de los derechos televisivos y de mercadeo, y ante las sospechas de malversación de algunas ayudas, la entidad asegura que los gastos son estrictamente controlados y sometidos a auditorías.
En 2010, la justicia suiza señaló que Joao Havelange, expresidente de la FIFA (1974-1998), y Ricardo Teixeira, titular de la Confederación Brasileña (1989-2012), fueron sobornados a cambio de contratos exclusivos de derechos de televisión para la Copa del Mundo.
Otra investigación llevada por la comisión de ética de la FIFA incluye al paraguayo Nicolás Leoz (presidente de la Confederación Sudamericana entre 1986 y 2013), pero en ninguno de los dos casos se llegó hasta el fondo.
Lagunas del derecho suizo en vigor entonces, y la ausencia de un Código de ética en la organización antes de 2004, obligaron a archivar ambos casos, pero no frenaron las sospechas.
Durante ese mismo tiempo la prensa británica lanzó acusaciones de corrupción en la adjudicación de los Campeonatos Mundiales 2018 y 2022, que conllevaron la suspensión del tahitiano Reynald Temarii y el nigeriano Amos Adamu, por no haber respetado el código ético.
Otro sonado caso fue el del hombre de negocios qatarí Mohamed Bin Hammam, presidente de la Confederación Asiática (AFC), quien fue rival de Blatter en la elección presidencial de mayo de 2011.
La comisión de ética de la FIFA sospechó que compró votos en el seno de la Concacaf, y abrió un proceso contra él y el trinitario Warner, a lo que el qatarí ripostó con un proceso contra el suizo.
Sin embargo, esa entidad decidió absolver a Blatter y suspender a Bin Hammam y Warner.
El asiático es reconocido culpable y suspendido de por vida de toda actividad ligada al fútbol, aunque el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) anuló la sanción por falta de «pruebas directas».
Finalmente es suspendido de por vida a finales de 2012, por malversaciones en el seno de la Confederación Asiática y como miembro del Comité ejecutivo de la FIFA entre 2008 y 2011, período en el cual era estrecho colaborador de Blatter.
Warner, por su parte, dimite de todos sus cargos ligados al fútbol y la FIFA decide archivar los casos contra él por la presunción de inocencia.
El origen de las pesquisas actuales parece ser el informe que la propia FIFA entregó a la justicia suiza el pasado noviembre, redactado por el investigador estadounidense Michael García.
Las conclusiones de las indagaciones sobre la designación de Rusia y Qatar como anfitrionas de los mundiales de 2018 y 2022 fueron publicadas solamente parcialmente, porque según la FIFA podían manchar a algunos dirigentes.
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) dijo que «apoya integralmente toda y cualquier investigación» sobre corrupción en la FIFA tras los arrestos, incluido el de su actual vicepresidente, José Maria Marin.
La nueva gestión de la CBF iniciada el día 16 de abril de 2015 reafirma su compromiso con la verdad y la transparencia, indicó el organismo en un comunicado.
De esta manera, la actual directiva del ente futbolístico auriverde se desentiende de los manejos realizados durante el mandato de su antecesora.
En tanto, el ministro de Deportes de Rusia y miembro del comité ejecutivo de la FIFA, Vitaly Mutko, dijo que el país no cometió ningún delito cuando ganó la votación para albergar la Copa del Mundo de 2018. «No tenemos nada que ocultar. Estamos listos para mostrar todo», destacó.
Desde Zúrich, el príncipe jordano Alí bin al-Hussein, único contrincante de Blatter por la presidencia, dijo que los arrestos demuestran que el fútbol mundial necesita un nuevo liderazgo.
No podemos seguir con la crisis en la FIFA, necesita nuevo liderazgo que gobierne, encamine y proteja a nuestras asociaciones nacionales… Un liderazgo que recupere la confianza de los cientos de millones de aficionados del fútbol alrededor del mundo, dijo en un comunicado.
De momento, la FIFA indicó que la votación del viernes sigue en pie, pero el comité ejecutivo de la UEFA señaló que discutirá la posibilidad de pedir la posposición de las elecciones.

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