Berlioz dijo que Saint-Saëns era uno de los más formidables músicos que había conocido. La evidencia de sus prodigiosos dones se manifestó temprano en su vida. A los dos años, Saint-Saëns escuchaba con precoz interés el rechinido de las puertas, el tic-tac de los relojes y particularmente la “sinfonía de la tetera… (esperaba con apasionada curiosidad sus primeros murmullos, su lento crescendo tan lleno de sorpresas y la aparición del microscópico oboe cuyo sonido se elevaba poco a poco hasta que el agua llegaba a punto de ebullición).” A los…
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