Washington, 18 jul (PL) En menos de un mes, la ciudad estadounidense de Cleveland pasó de la euforia tras medio siglo sin un gran título deportivo, a la paranoia desatada por la gran cita del «Grand Old Party«, con el incendiario Donald Trump a la cabeza. En efecto, el rey LeBron James cumplió su promesa y llevó a los Cleveland Cavaliers a la cima de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA), consiguiendo finalmente el perdón de una ciudad hambrienta de éxitos, que celebró en grande. Sin embargo, la celebración de…
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