Todo eran aplausos para la teniente Gloria Cházaro Berriel, cuando, hace ahora tres años, se convirtió en la primera mujer en comandar un buque de la Armada en México. Decenas de medios escribieron sobre su labor, su precocidad, su brillantez. El secretario de la Marina, Rafael Ojeda, le mandó una carta ensalzando su trayectoria. “Usted constituye la proa de todo un género”, escribió el almirante, “una clara muestra de honor, deber, lealtad y patriotismo”. Pero toda aquella algarabía, el orgullo de una nación, se convirtió en silencio el mes pasado,…
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