París, 10 jul (PL) Organizaciones francesas defensoras de los consumidores reiteraron hoy su rechazo al alza en las tarifas de la electricidad de uso doméstico, que impactará a las familias de ingresos medios y bajos ya afectadas por la crisis económica.
Esta semana el nuevo ministro de Medioambiente, Desarrollo Sostenible y Energía, Philippe Martin, anunció que el 1 de agosto próximo los precios de este servicio subirán en cinco por ciento y un aumento similar ocurrirá en la misma fecha de 2014, para redondear los 10 puntos.
Además, el titular de Presupuesto, Bernard Cazeneuve, no descartó este miércoles la imposición de un tercer incremento en 2015, según evolucione, dijo, el mercado energético.
La medida significará este año un recargo de entre 35 y 50 euros para los hogares, el cual podría ser mayor entre quienes utilicen un sistema de calefacción eléctrica durante el invierno.
El grupo Consumo, Vivienda y Modo de Vida denunció la falta de transparencia en el cálculo de las tarifas, destinadas a satisfacer solo las necesidades de la empresa pública Electricidad de Francia (EDF).
Nicolás Mauchino, de la asociación Qué Escoger, aseguró que este aumento dañará a todas las familias galas, sobre todo a las menos favorecidas y reclamó establecer reglas claras sobre la evolución de los precios.
Mientras, el Partido Comunista Francés aseguró en un comunicado que esta abrupta alza afecta sólo a los consumidores particulares, pero los grandes grupos empresariales fueron una vez más preservados por el ejecutivo.
La organización política propuso que el Estado, dueño del 84 por ciento del capital de EDF, ceda sus dividendos de este año para resolver los problemas de costos en la empresa, en lugar de agobiar a la población con nuevos gastos.
Según Electricidad de Francia, el aumento es imprescindible para compensar la modernización de la infraestructura y mejorar los sistemas de seguridad en las plantas nucleares, sobre todo tras la catástrofe de Fukushima, Japón, en 2011.
El país galo produce el 76 por ciento de la electricidad gracias a las tecnologías atómicas y eso le permitió disfrutar durante muchos años de las tarifas más bajas en la Unión Europea.
A partir de 2006, sin embargo, los precios al consumo doméstico aumentaron en casi 15 puntos, sin contar los incrementos sucesivos del Impuesto al Valor Agregado, que significan una carga adicional en la factura mensual.