Manifestaciones islamistas este domingo agravan crisis egipcia

El Cairo, 18 ago (PL) Grupos islamistas preparaban nuevas protestas para continuar esta tarde las movilizaciones contra la democión del presidente Mohamed Morsi el 3 de julio último, que el miércoles fueron reprimidas con saldo de más de 600 muertos.

El plan de acciones del Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de la Hermandad Musulmana, prevé la concentración alrededor de mezquitas escogidas de antemano en distintos puntos para luego salir a la calle.

Una coalición de grupos partidarios de Mursi bajo el nombre de

Alianza para la Defensa de la Legitimidad anunció que en la capital los islamistas partirán de varios de esos sitios de culto hacia la sede del Tribunal Constitucional.

Los manifestantes recorrerán el trayecto desde mezquitas en distintas partes de la ciudad hacia el edificio de esa instancia en el distrito de Maadi, en el sur de El Cairo, a sabiendas de que el Gobierno anunció enfrentará esas protestas por cualquier vía.

Otros focos de tensión esta tarde serán las marchas que convergerán en la plaza Roxy, en el barrio oriental de Heliópolis, de acuerdo con un mensaje del PLJ difundido mediante facebook.

La estrategia de los islamistas desde semanas atrás se basó en acampadas en dos plazas céntricas de la capital, desde las que la Policía los desalojó por la fuerza el miércoles con el referido balance de fallecidos junto a miles de heridos.

El Gobierno anunció que el principal número de víctimas ese día fue en la plaza Rabaa al Adawiya, principal congregación de partidarios de Mursi, y en la de Al Nahda, lugares que los manifestantes ocupaban desde hacía mes y medio.

Las expresiones de protesta en principio pacíficas y la consiguiente respuesta castrense continuaron el jueves posterior, un día después asumieron el nombre de «Viernes de ira», y este sábado mantuvieron similares niveles de violencia.

Una cruenta operación de la Policía desalojó ese día de una mezquita del centro de El Cairo a cientos de islamistas, que requirieron de protección al ser perseguidos por una turba de exaltados dispuestos a lincharlos.

El gobierno interino mantuvo ayer en sus declaraciones la misma tónica asumida al comenzar esta ola de represiones de declararse «en guerra contra el terrorismo» y caracterizar a los manifestantes de «fuerzas extremistas».

Los funcionarios impuestos por la Junta Militar dejaron claro en un comunicado el jueves último que asumirán una postura frontal contra lo que calificaron de «un plan criminal para demoler los pilares del Estado egipcio».

El anuncio coincidió con un reporte ese día de la televisión estatal que citó al Ministerio del Interior respecto a que sus fuerzas usarían «munición real» para contrarrestar cualquier ataque contra ellas o sus instalaciones.

Las sangrientas jornadas del miércoles causaron la renuncia del vicepresidente Mohamed El Baradei, la condena de la ONU y la Unión Europea y la preocupación de la OTAN, aunque el Ejecutivo elogió «la gran moderación de la Policía».

La Hermandad Musulmana, por su parte, declaró hoy que mantendría las protestas por lo menos durante una semana, aunque observadores locales estiman que la situación puede complicarse y extenderse mucho más en el tiempo.

Gobiernos y organismos internacionales han subrayado la preocupación mundial por la actual escalada de violencia en el país, que de inmediato trascendió en sectores del comercio mundial como los precios del petróleo.

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