Rezan por la paz en Damasco

Damasco, 15 oct (PL) Como en todo el mundo islámico, en Siria, aún en medio del conflicto armado que padece, la población musulmana celebra hoy la Fiesta del Sacrificio (Eid al Adha).

Como particularidad, durante la oración esta mañana en Damasco se hizo énfasis en la ansiada paz para el país, sumido desde hace unos 30 meses en una guerra impuesta por potencias occidentales y sus aliados de la región, los que utilizan como herramienta a bandas de mercenarios de unos 80 países y extremistas islámicos.

Ellos pretenden, mediante acciones terroristas, derrocar el gobierno del presidente Bashar al-Assad.

Como musulmán que es, esta mañana el mandatario sirio acudió a rezar a una mezquita de Damasco (la de Hassiba), ocasión en que estuvo acompañado por funcionarios del estado y el partido (Baath), así como por sabios musulmanes y ciudadanos habituales de ese templo.

En la ocasión el imán del rezo fue el ulema Mohamed Tawfik Ramadán al-Bouti, presidente de la Federación de Ulemas Islámicos en el Levante, cuyo padre fue asesinado hace menos de un año en un acto terrorista dentro de una mezquita en la capital.

Al-Bouti resaltó de inicio los significados de la Fiesta de al-Adha y la importancia del amor y la fraternidad entre los hijos de la patria.

En referencia a la guerra en Siria, el imán expresó su gratitud a las Fuerzas Armadas por sus sacrificios para garantizar la seguridad de la nación.

Al referirse al actuar de las brandas de extremistas islámicos, al-Bouti enfatizó en la necesidad de «la correcta comprensión del Islam, que algunos trataron de distorsionar, incluso convirtieron el más significativo lema para los musulmanes, ´Allahu Akbar´, en símbolo de la destrucción y de las peores formas de asesinato».

 

TRADICIûN ANCESTRAL

Eid al Adha (celebración del sacrificio) es la mayor fiesta del mundo islámico.

Sus raíces se hincan en un pasaje recogido tanto en la Biblia como por el Corán: cuando Abraham (Ibrahim) se muestra decidido a matar a su propio hijo como acto de obediencia a Dios, quien intervino en el acto -a tiempo- sustituyendo a Ismael por un cordero.

La voluntad de Ibrahim muestra, para los musulmanes, tanto la sumisión total a Ala, como la clemencia del creador.

Tradicionalmente, en Eid al Adha el cabeza de familia sacrificaba un cordero, dividiendo su carne en tres partes. Una para el dueño o quien obsequia el animal, otra para la familia o amigo cercanos, y una tercera como caridad para los pobres, independiente de su religión o raza.

En la actualidad, sin embargo, la muerte del cordero corre usualmente a manos de un carnicero, por encargo de quien lo ofrece.

Luego de la repartición de la carne, según lo estipulado por la tradición, la celebración adquiere un carácter familiar.

 

DAMASCO, HOY DIA

En medio de las circunstancias actuales, la celebración en Damasco tuvo hoy sus sombras, marcada por el accionar de extremistas islámicos armados que, paradójicamente, trataron de ensombrecer la mayor festividad musulmana.

Así, desde el amanecer esas bandas lanzaron desde la periferia de Damasco varios obuses de mortero contra barrios residenciales capitalinos. Cuatro de los proyectiles impactaron en la periferia de la plaza Omeya, en tanto dos lo hacían en el barrio de Malki y uno en el de Rawda.

A ello se sumó el estallido de dos artefactos explosivos en las azoteas de las iglesias de al-Sayyeda y de Constantino y Elena, en la ciudad de Yabrud, en Damasco Campo, la caída de un proyectil de mortero contra el barrio de Kanawat, otros sobre el de Baktuma, y la detonación de un coche bomba en la localidad de Dummar.

Daban continuidad así a acciones terroristas recrudecidas desde días anteriores, en las que han perdido la vida decenas de pobladores de Damasco y sus alrededores, entre ellos varios niños.

Pero a pesar de los horrores de la guerra, la vida continúa en Damasco. El pueblo realiza los sacrificios tradicionales y, más que nada, se piensa en el futuro.

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