Washington, 12 ene (PL) El presidente estadounidense, Barack Obama, enfrenta hoy fuertes presiones para decidir reformas a los métodos usados por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) en la recolección de información de inteligencia.
Obama está sometido a una serie de demandas de grupos defensores de los derechos civiles, legisladores, las empresas de alta tecnología de Silicon Valley y líderes extranjeros molestos por el espionaje a sus comunicaciones privadas, asuntos filtrados por el excontratista de la NSA Edward Snowden.
Según fuentes de la Casa Blanca, el presidente pudiera dar a conocer algunos cambios durante un discurso que pronunciará el próximo 17 de enero, aunque su decisión también estaría supeditada a criterios oficiales que plantean que el espionaje de la NSA es un asunto crítico para la seguridad del país.
Desde sus vacaciones en Hawai, a finales de año, Obama busca fórmulas para responder a 46 recomendaciones presentadas por un panel asesor sobre reformas de la NSA y otras agencias de vigilancia.
En la semana que concluyó, el mandatario y sus principales asesores se reunieron en la Casa Blanca con legisladores, funcionarios del espionaje, defensores de la privacidad y directivos de las empresas tecnológicas para decidir una respuesta al escabroso asunto.
Para algunas empresas como Google, Yahoo y Facebook, entre otras, la forma en que la NSA desarrolla su gestión pone en peligro un mercado de miles de millones de dólares al drenar la confianza pública en las empresas de tecnología.
Según las firmas, el espionaje en Internet y telefónico afecta su capacidad para ganar nuevos clientes, mantener a los existentes y restaurar la confianza de los usuarios.
Entre los aspectos más problemáticos de la vigilancia de la NSA está la recolección de datos telefónicos de llamadas nacionales, algo que según el gobierno es legal pero que para la mayoría de los estadounidenses es una intromisión en su vida.
El presidente también está bajo presión para aumentar la protección de la privacidad para los extranjeros y dejar de espiar a los aliados, asunto que destapó el Snowden al divulgar la vigilancia de las comunicaciones de no menos de 35 líderes mundiales.
Aún no se sabe que hará el mandatario con las 46 recomendaciones pero analistas señalan que puede avanzar varias ideas sin tener que consultar y o contar con el consentimiento del Congreso.
Entre las promesas realizadas por Obama a sus compatriotas está la de hacer más transparente la gestión del gobierno y sus agencias.