Con el lema «De Mérida a Ensenada, transgénicos para nada», colectivos de productores, así como organizaciones no gubernamentales en defensa del derecho a la alimentación de los mexicanos, se han unido para advertir sobre las consecuencias de la siembra de transgénicos, tanto en la salud, como en la biodiversidad, y finalmente, en la producción del campo.
Al respecto, Adelita San Vicente, semillas de Vida AC, dijo que «nosotros podemos hablar de afectaciones en muchos ámbitos; ya los productores te lo dirán, pero también tenemos afectaciones a la salud muy importantes, y en eso estamos involucrados todos.
«Nosotros somos centro de origen del maíz, de 16% de los alimentos que consume hoy en planeta, y somos un reservorio natural. Lo que está en juego es la naturaleza y es el futuro de la alimentación de la humanidad, los recursos fitogenéticos que tenemos en México, son el futuro de la alimentación de la humanidad.
Leydy Pech, apicultora, también mencionó que «al menos en el estado de Campeche, en la península de Yucatán, tenemos la actividad de la apicultura. Es una actividad ancestral, milenaria. Entonces la entrada de los productos transgénicos, de semillas transgénicas, en este caso, soya, específicamente en mi estado que es soya lo que se ha estado sembrando, pues ha venido a afectar mucho porque para la siembra de la soya se requiere deforestar miles de hectáreas de semillas, y eso es lo que ha pasado».
Pánfilo Hernández Ortiz, de la Organización Vicente Guerrero, de Tlaxcala, dijo: «En el caso de Tlaxcala tenemos sospechas de que, alrededor de otros estados como es Puebla, hay siembra de semillas transgénicas. Entonces lo que hemos hecho como organización es estar al pendiente de la penetración hacia el estado de Tlaxcala, y la otra es, ¿cómo informar a los campesinos, a los ejidatarios, a las comunidades indígenas, también, qué riesgos hay con la entrada de los transgénicos?», concluyó.