LAS “CUCARACHAS” SE ESPARCEN

Por Guillermo Robles Ramírez

En las últimas semanas no solo en la capital de Coahuila, sino en el resto de las cabeceras municipales exceptuando la de Torreón, la percepción de la gente es un incremento en la delincuencia. Son muchos los coahuilenses quienes se preguntan qué es lo que está sucediendo y a la vez se responden ellos mismos con dudas si los chicos malos ya regresaron, es decir, si ya volvieron los grupos del crimen organizado.

Ninguna autoridad quiere comprometerse en asegurar qué es lo que está sucediendo; únicamente pueden asegurar que el combate al crimen organizado es labor del Ejército Mexicano yla Marinaen colaboración con los otros grupos de seguridad pública estatal y federal en el reciente pasado lograron ahuyentar a los grupos de cárteles de los más buscados en nuestro territorio.

Pero ante los hechos delictivos que se registran en cada municipio y la manera violenta en que están cometiendo sus actos ilícitos, se contradice todo lo que las autoridades pudieran decir.

En el caso específico del municipio de Torreón, es contrario al resto de los municipios de la entidad debido a que en ésta nueva administración ha sido notoria la recuperación de la ciudad comparada a la falta de estado de derecho y la carencia de seguridad que prevaleció en su pasada administración, siendo el signo distintivo heredado por su anterior alcalde, así que todo lo que sea bueno es muy notorio para los torreonenses después de vivir en un lugar en donde los elementos de seguridad nada más estaban de nombre porque ni siquiera se atrevían a salir.

Quienes conocen del tema y piden su anonimato por pertenecer a alguna corporación de seguridad importante, coinciden en lo mismo, dando la explicación de que no se trata de un regreso por parte del crimen organizado en el Estado de Coahuila sino es el resultado del conocido efecto “cucaracha” conocido así en el argot policíaco, como producto posterior a un operativo realizado por fuerzas de inteligencia para combatir el crimen organizado y por consiguiente aquellos líderes de diferentes grupos criminales que no lograron ser capturados migran a otros estado o inclusive regiones de la misma entidad mientras terminan éstos operativos.

Sin embargo, como en cualquier organización cuando la fuente de trabajo se acaba existe el desempleo.  De  la misma manera operan estas organizaciones ilícitas en donde son muchos quienes quedaron “desempleados” por los grandes cárteles del país y sin poder salir de la ciudad donde operaban y por tanto se quedan en la misma.

El problema de que éstos delincuentes desempleados del crimen organizado hayan echado raíces en el mundo del narcotráfico, extorsionadores y secuestradores es que los dejaron con una escuela para poder delinquir y lo peor del caso es que también los dejaron bien armados.

En un momento de querer sobrevivir el mismo tipo de vida que llevaban y ante la imposición de querer reincorporarse a un trabajo honrado, se ha desatado una serie de robos a casas habitación de manera más estudiadas las estrategias para cometer sus fechorías como es el uso de servicios sociales disfrazados muchos de ellos con campañas de vacunación para poder ingresar a los hogares o bien durmiendo a los integrantes de la familia que viven ahí, en otras situaciones llegan a burlar a las empresas de seguridad privada de aquellos fraccionamientos privados logrando entrar de manera más violenta. También los robos a tiendas de servicio como los OXXO o los 7-Eleven son robados con armas largas como si se trata el robo de un banco grande lleno de elementos de seguridad. De la misma manera operan para el despojo de vehículos y tiendas del comercio del centro.

Esta ola de robos que están dando en la mayoría de los municipios de la entidad sobre todo en la capital de Coahuila, deja en tela de juicio si faltó una mayor coordinación el resultado del combate contra el crimen organizado con la policía municipal en sus diferentes grupos de seguridad en el  efecto “cucaracha” en donde no se blindó con una estrategia para terminar de limpiar a éstos delincuentes desempleados por los capos del narcotráfico para evitar los asaltos, robos y extorsiones.

Durante mucho tiempo los cuerpos policíacos se acostumbraron a que tanto el Ejército Mexicano como la Marinade México, estuvieron haciendo operativos para el combate de la delincuencia organizada que una vez terminada esa labor las instituciones locales de seguridad se quedaron oxidados  y con insuficientes elementos para cubrir la necesidad que reclama los coahuilenses en cada cabecera municipal, obviamente en unos más que otros. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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