(ng) En una medida sorpresiva, América Móvil (AMX) decidió vender parte de Telcel y Telmex.
Con el fin de evitar restricciones de mercado que le fueron impuestas como agente económico preponderante, la empresa presidida por Carlos Slim decidió poner a la venta activos para reducir su participación nacional en el mercado de las telecomunicaciones a menos de 50 por ciento.
«(Se venderá a) algún nuevo operador independiente de América Móvil, fuerte, con experiencia en el sector de las telecomunicaciones y con alta capacidad económica y técnica», expuso la empresa en un texto en el que deslizó una crítica a lo que llamó insuficiente inversión de sus competidores.
El anuncio fue hecho cuando la Bolsa Mexicana de Valores ya había cerrado operaciones y se debatía la nueva Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión en San Lázaro.
AMX decidió, además, cancelar su opción de compra de Dish, firma de TV satelital con la que mantendrá un acuerdo comercial, el cual, dijo, está disponible para otros operadores.
Consultada sobre su plan de desincorporación, que no precisó un calendario, la empresa declinó hacer comentarios.
Ramiro Tovar, experto en competencia, indicó que, con esta estrategia, Slim pierde toda la carga regulatoria (derivada de la preponderancia) que implicaba un impacto financiero y, a cambio, podrá acceder a beneficios como entrar a la televisión.
Homero Ruiz, analista de Signum Research, señaló que AMX tendría que vender no sólo parte de su infraestructura, sino también una cartera de 21 millones de suscriptores de telefonía celular (de 71 millones que tiene), con un valor de unos mil 464 millones de pesos.
«Seguramente esto va a implicar que esté dejando de servir a muchos clientes de bajo segmento en las zonas rurales, en donde (AMX) pierde dinero», opinó Abel Hibert, experto en telecomunicaciones.
«Fue una mala idea el tratar de acotar a una empresa únicamente por su tamaño, cuando lo importante no es el tamaño de la empresa, sino el que pueda llevar a cabo prácticas anticompetitivas», agregó.
Como resultado de la reforma para el sector, el 7 de marzo, el Instituto Federal de Telecomunicaciones declaró a AMX y a Televisa agentes económicos preponderantes en los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión, respectivamente.
AMX cuenta con 61.8 por ciento de participación, medido por usuarios, tráfico de red y suscriptores en telefonía e internet fijo y móvil, larga distancia y mensajes de texto.
La ley le impone un plazo mínimo de 18 meses en el cumplimiento de restricciones en el mercado antes de pedir una concesión única de televisión.
Consultado al respecto, el IFT señaló que AMX se puso en contacto para informarle sobre su decisión, pero que está en espera del plan específico.
Carlos Slim podría ganar más de lo que pierde con la desincorporación de algunos activos de Telcel y Telmex, según analistas.
De entrada, al quitarse de encima la declaratoria de preponderancia, emitida en marzo por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el empresario ya no tendría restricciones para cambiar su título por una concesión única y participar en la licitación de las nuevas cadenas de televisión.
«Es una estrategia de perder para ganar, porque la carga regulatoria sobre el preponderante habría estado incrementándose», dijo Ramiro Tovar, experto en competencia.
La decisión de vender algunos activos de sus empresas de telecomunicaciones también implicaría ciertas ganancias para América Móvil.
«La decisión de desincorporación y venta de activos está condicionada a que Telmex y Telcel dejen de ser preponderantes y estar sujetos a medidas asimétricas, y puedan acceder a la convergencia», señaló la empresa en un comunicado.
América Móvil renunció, además, al contrato de opción de compra del 51 por ciento de las acciones de Dish por parte de Telmex.
Según el artículo 12 transitorio de la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión que hasta el cierre de esta edición estaba por aprobarse en la Cámara de Diputados, la empresa podrá presentar al IFT un plan de desincorporación de activos.
El regulador tendrá un plazo de 10 días para aprobarlo, si lo considera pertinente. De no ser así, dará 20 días a la compañía para hacer cambios.
Una vez avalado el plan por el Instituto, América Móvil tendrá hasta un año para ponerlo en marcha.
Para dejar de ser preponderante, sería necesario no sólo la separación o venta de infraestructura, pues la resolución emitida por el IFT contempla la participación de esta empresa con base en una medición de usuarios, capacidad de redes y suscriptores, de acuerdo con Agustín Ramírez, presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información.
Las interrogantes sobre qué empresas podrían comprar los activos en venta podría resolverse con la entrada de competidores extranjeros, aunque, de acuerdo con Miguel Flores Bernés, comisionado de la ex Comisión Federal de Competencia, empresas que en el pasado han decidido entrar salieron al poco tiempo.
En el caso de las empresas nacionales, a decir de Tovar, pocas cuentan con la fluidez financiera necesaria para hacer frente a una compra de este nivel.
Alejandro Puente, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec), comentó que este movimiento de América Móvil es una simulación que busca detener la voluntad del Estado de derecho.