Washington, 11 jul (PL) Mientras en Estados Unidos crece hoy la preocupación por el posicionamiento de extremistas islámicos en Iraq, el gobierno del presidente Barack Obama sopesa el posible asesinato del autoproclamado líder del Estado Islámico (EI), Abu Bakr al-Bagdadi.
El teniente general del Ejército Joseph Votel, propuesto para dirigir el Comando de Operaciones Especiales estadounidense, afirmó el jueves ante el Comité de Servicios Armados del Senado que la entidad fundamentalista resulta una amenaza para el país y compromete los intereses de Washington en la región.
Otro alto cargo militar, el almirante William Gortney, designado al frente del Comando Norte y el NORAD (Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte), coincidió en esta apreciación durante un panel con los legisladores.
Los comentarios ocurrieron luego que el miércoles, el secretario de Defensa Charles Hagel advirtiera sobre la amenaza para la región del Medio Oriente y más allá de sus fronteras, de los yihadistas que en las últimas semanas tomaron el control de ciudades de la parte noroccidental de Iraq.
También la víspera, funcionarios militares estadounidenses confirmaron que una de las prioridades actuales del gobierno de Obama es el posible asesinato del líder de los extremistas, Abu Bakr al-Bagdadi.
La misión para acabar con Al Baghdadi tendría que ser aprobada por Obama
Otro factor primordial para dar luz verde a la operación es que Washington certifique que el «blanco» del ataque representa una amenaza para la seguridad nacional.
Abu Bakr al-Bagdadi y el EI representan una amenaza para los ciudadanos norteamericanos y para la embajada en Iraq, convinieron las fuentes.
También es posible que el Pentágono suministre información al Gobierno iraquí para que efectúe con sus medios la captura o asesinato del líder de la entidad fundamentalista, acotaron.
A fines de junio, los miembros del EI anunciaron la conformación de un califato desde la norteña ciudad siria de Alepo hasta Diyala, en el oriente iraquí, mientras ordenaron a los musulmanes de dichas regiones obedecer la sharia (ley islámica) y jurar lealtad a su líder, el jeque yihadista Abu Bakr al-Bagdadi.