Washington, 28 ago (PL) Michael Brown, el joven negro asesinado por un policía blanco en la localidad estadounidense de Ferguson, en Misssouri, se ha convertido hoy en un símbolo para su comunidad.
El muchacho de 18 años y recién graduado de Normandy High School, nueve días después de su asesinato iba a comenzar su primer año de universidad en Vatterot College. No tenía antecedentes penales.
Según distintos medios digitales, en la calle donde fue ultimado Brown el 9 de agosto ya se le rinde honores, pues las personas se acercan al lugar de forma espontánea para orar, dejar flores o meditar.
El adolescente desarmado fue baleado a plena luz del día por el agente Darren Wilson, quien está suspendido desde el incidente, pero no ha sido arrestado ni se le retiró su placa.
John Bonds, un líder comunitario en Ferguson, confía en que Brown se convierta «realmente en nuestra inspiración, no para buscar confrontación, sino para darnos cuenta de que algo no está funcionando bien».
Más de dos semanas de protestas, reprimidas por la policía con equipos antimotines, balas de goma, spray de pimienta y gases lacrimógenos, sacaron a flote las tensiones raciales y las desigualdades que azotan esa población, donde los índices de penuria son crecientes, con uno de cada cuatro residentes por debajo del umbral de la pobreza.
Además, el desempleo del 13 por ciento -el doble de la media nacional-, incide en mayor medida en la población negra (65 por ciento del total de habitantes), advirtió la periódico digital The Huffington Post.
Michael Brown símbolo en Ferguson
