Enseñanza online no es buena ni mala, pero si necesaria

Con el objetivo de exponer la tendencia en el mundo de la formación online o MOOC (Massive Open Online Courses), investigadoras de la Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma del Estado de México realizaron el trabajo de investigación titulado “MOOC, Innovación Universitaria”.

Las profesoras e investigadoras María del Rocío Flores Estrada, María Elena Escalona Franco y María de la Luz Sánchez Medina aseveraron que en la actualidad, luchar contra los cursos online es como luchar contra la ley de la gravedad; expusieron que 74 por ciento de los centros educativos ofrecen cursos online y según las tendencias, en los próximos tres años, llegarán a 90 por ciento.

Agregaron que 72 por ciento de dichos centros consideran que los MOOC son apropiados para continuar la educación superior y 59 por ciento para planificar cursos fuera de los grados.

En tanto, abundaron, para 35 por ciento incrementa la visibilidad de la institución, para 16 por ciento mejora la formación de los docentes y sólo 44 por ciento de los centros se ha planteado dotar de créditos oficiales sus MOOC.

Las investigadoras de la Máxima Casa de Estudios mexiquense explicaron que los MOOC son considerados como nueva modalidad de formación online; son calificados como un nuevo espacio de autoaprendizaje, “donde aprendemos de y con los participantes que forman esa comunidad”.

Ante ello, opinaron que las instituciones de educación superior, además de ofrecerlos, también pueden comenzar a generar ingresos por los MOOC de varias maneras; por ejemplo, dando gratis un crédito o la primera parte de un curso. En tanto, el resto de los créditos o las siguientes partes del curso se conseguirían pagando a esa institución, cobrando los certificados, cobrando por las tutorías de los profesores y vendiendo libros y otros materiales asociados al curso.

Lo que aún está por verse, consideraron, es si los MOOC y la educación en línea son realmente una innovación disruptiva en la educación o no, pues hasta el momento se puede concluir que la enseñanza online no es buena ni mala, pero si necesaria.

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