(Agencias) Lewis Hamilton tiene a la parrilla a sus pies. Más importante, tiene a su coequipero, el alemán Nico Rosberg, virtualmente rendido. Si el británico de Mercedes no tiene ya garantizado ya el título de la F1 2014 es porque la última carrera del año repartirá dobles puntos.
En el Gran Premio de Estados Unidos, antepenúltima fecha de la campaña, Hamilton sumó su quinta victoria al hilo -novena de la campaña- la que lo afianza en el liderato del Mundial de Pilotos. Lewis demostró que es suyo el pulso que libra ante Rosberg, el único rival que le puede arrebatar la corona de las manos, y que tiene a tiro de piedra su segundo campeonato de F1.
La batalla entre Hamilton y Rosberg puso brillo a una carrera gris, que deparó muy pocas emociones para los aficionados que llegaron al Circuito de las Américas de Austin -sobre todo para los fans mexicanos, que muy poco obtuvieron de Sergio Pérez y Esteban Gutiérrez-.
Como se preveía, los Mercedes se alejaron en la cima sin ser cuestionados hacia su décimo 1-2 del año, mientras que la posición restante del podio fue para Daniel Ricciardo, de Red Bull. Las pocas emociones de la carrera texana las pusieron duelos repartidos en la zona de puntos, incluido el de Fernando Alonso (Ferrari), sexto, y Sebastian Vettel (Red Bull), séptimo tras haber arrancado desde el pit lane.
Gutiérrez (Sauber) acabó en el sitio 14 de 15 al mando de un Sauber decepcionante. Esteban, además, cargó con una penalización de cinco segundos por superar el límite de velocidad en periodo de safety car. Antes, Pérez había abandonado por contacto en la vuelta 1.
Con 18 puntos de distancia entre Hamilton y Rosberg y 75 aún en disputa -50 de ellos en Abu Dhabi- el Mundial está lejos de estar resuelto. Pero la superioridad de Lewis es incuestionable.
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