México, 2 dic (PL) El homenaje al escritor mexicano Octavio Paz, en la XXVIII Feria Internacional del Libro de Guadalajara, concluyó hoy con un conversatorio en que colegas y amigos compartieron anécdotas sobre el Premio Nobel de Literatura.
En el conversatorio por el centenario del natalicio de este importante autor participaron los poetas Juan Malpartida y Orlando González Esteva, el artista de la plástica Brian Nissen y el crítico literario e historiador Christopher Domínguez Michael.
Domínguez Michael consideró que «Octavio Paz fue en México una figura difícil de enfrentar porque era un hombre que estaba en todos lados, y tuvo iniciativas muy mal comprendidas por la sociedad, como abrir la televisión para los intelectuales.»
Recalcó que para una comprensión cabal de la obra del escritor se tiene que combinar tanto su prosa como su poesía, y ello se puede ver en sus poemas más largos, como Pasado en claro, en el cual se encontrará la referencia de este autor a la memoria histórica.
Por su parte, Malpartida expresó que las primeras veces que leyó la poesía Paz, la vio como un «árbol bien plantado» y una «guía lúcida de las estaciones de la vida».
Aunque Paz nunca fue muy confesional, «a lo largo de sus ensayos, entrevistas, pero sobre todo de su poesía, no dejó de expresar aspectos de su biografía sentimental, de su mundo emocional», añadió.
Mientras, Nissen recordó que Paz vivió con una curiosidad insaciable y comparó los ojos del poeta con un caleidoscopio o un prisma, en esa continua búsqueda del autor de El laberinto de la soledad para encontrar correspondencias y paralelismos entre escritura, pintura, música y danza.
González Esteva citó parte de la penúltima conversación que sostuvo con el poeta, ensayista y diplomático mexicano (1994-1998), considerado entre los más influyentes escritores del siglo XX.
Paz le dijo: «Recuerde que la felicidad de un escritor no está en tener muchos lectores, sino en dos o tres amigos que lo lean con atención.»