La Paz (PL) Evo Morales asumirá este 22 de enero su tercer mandato como presidente de Bolivia, un país con mayoría de originarios, a los cuales reivindicó con sus políticas sociales desde 2006 a la fecha.
El líder indígena llegó al Palacio Quemado en enero de 2006, entonces para presidir la República y, luego de cambiarse la Constitución, asumió en 2015 su primer mandato al frente del Estado Plurinacional, con derecho a una reelección, la cual consiguió el 12 de octubre pasado con el 61,3 por ciento de los votos.
Morales nació el 26 de octubre de 1959 en pleno desierto de Orinoca, en el departamento de Oruro, en medio de una familia muy humilde, que apenas contaba con recursos para vivir, lo cual obligó al niño a trabajar desde muy pequeño para ayudar en el sustento del hogar, lo mismo en la agricultura que en la crianza de llamas.
De la pequeña casita de adobe y paja de Orinoca, Morales salió junto a su padre y su hermana a trabajar en la zafra azucarera en Tucumán, Argentina, en lo que sería apenas un retiro temporal del lugar donde nació, el cual abandonó después para irse a la zona del Chapare, en el central departamento de Cochabamba.
En el Chapare, Morales se convirtió en líder cocalero y pasó a dirigir las llamadas Seis Federaciones del Trópico, aunque antes fue secretario de deportes del Sindicato San Francisco, tal vez como premio a la pasión que sintió desde niño por la actividad física, sobre todo por el fútbol, el cual práctica aún, a pesar de sus 55 años.
Desde su puesto de líder cocalero, Morales defendió las bondades de la milenaria hoja y su importancia para los bolivianos, por lo cual fue enviado a la cárcel y golpeado en muchas oportunidades.
En 1989, incluso, luego de una golpiza, los efectivos de las Unidades Móviles de Patrullaje Rural, lo dejaron en un monte porque pensaron que había muerto; sin embargo, su valentía y ejemplo le hicieron ganar adeptos en el Chapare y en todo el país.
Unos años después, en Villa Tunari, fue ametrallado a quemarropa por efectivos de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), pero, como él mismo cuenta. «las balas pasaron rozándome, pero fracasaron».
En 1997, Morales refundó el MAS, al cual se unieron las Seis Federaciones del Trópico, y ese mismo año ganó una diputación por Cochabamba con el 70 por ciento de los votos.
Cinco años después, en 2002, se postuló como candidato a la presidencia y consiguió el respaldo de más del 29 por ciento del electorado, poco menos de un punto y medio por debajo del ganador, Gonzalo Sánchez de Lozada.
Morales y el MAS fueron grandes protagonistas de las protestas de octubre de 2003, contra la posición del Gobierno de vender gas a Estados Unidos a través de puertos chilenos.
Las protestas, que dejaron 67 muertos y casi 500 heridos, le costaron el puesto a Sánchez de Lozada, quien huyó a Estados Unidos; y fortaleció la imagen de Morales, ganador de los comicios generales dos años después, al obtener el 53,74 por ciento de los votos por apenas 28,59 del expresidente Jorge Tuto Quiroga.
El 21 de enero del año siguiente, en una ceremonia religiosa en las ruinas de Tiahuanaco, Morales se convirtió en el primer presidente indígena de Bolivia, con lo cual comenzó a implementar su plan de gobierno, basado sobre todo en la nacionalización de los hidrocarburos y las principales empresas del país.
En 2009, luego de aprobarse una nueva Carta Magna, fue elegido primer presidente del Estado Plurinacional, con derecho a una reelección.
Desde que llegó al Palacio Quemado hasta la fecha, el actual jefe de Estado priorizó la defensa de los derechos de los pueblos originario campesinos, la igualdad de los bolivianos, la industrialización del país y la soberanía alimentaria.
En la pasada campaña electoral, el mandatario insistió en la posibilidad de convertir a Bolivia en centro energético de la región, en la industrialización de la economía para darle valor agregado a los recursos naturales y en la importancia de que todos los bolivianos cuenten con los servicios básicos fundamentales: agua, electricidad, gas, teléfono, Internet…
Su liderazgo trascendió en los últimos años las fronteras bolivianas y se convirtió en referencia mundial, sobre todo en defensa de los derechos indígenas y del medio ambiente.
Evo Morales asume tercer mandato al frente de Bolivia
Por Héctor Miranda