La evaluación de la Cruzada Nacional contra el Hambre cumple dos objetivos, la mejora continua de las políticas públicas de desarrollo social y la rendición de cuentas, además de que pueden evaluarse elementos, etapas y puntos intermedios.
El secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Gonzalo Hernández Licona, así lo manifestó al participar en la ponencia “Evaluación de la Cruzada Nacional contra el Hambre 2013-2019”.
En un comunicado, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) informó que durante su intervención, Hernández Licona explicó que el trabajo del Coneval para evaluar la Cruzada inició con la elaboración de un esquema de largo plazo que terminará en 2019.
Entre los avances de esta Cruzada destacó que su población objetivo es realmente la que está en una situación de vulnerabilidad social más apremiante en el país.
Además, en materia de coordinación institucional, la Sedesol ha utilizado los indicadores de pobreza multidimensional para diseñar y evaluar la cruzada como eje central y ha creado instancias de coordinación intermedia, local y por dimensión de pobreza.
Destacó también la coordinación entre dependencias federales y estatales, en especial en los casos de los estados de Chiapas, Colima, Guanajuato, Oaxaca, Puebla y Veracruz.
Expuso que la mayoría de los programas incorporaron cambios en sus reglas de operación para avanzar en su articulación en torno a la cruzada, y destacó el uso de la Cédula Única de Identificación Socioeconómica (CUIS) como instrumento para identificar con claridad a la población objetivo.
Al referirse a los retos que enfrenta la estrategia integral del Gobierno de la República, Hernández Licona explicó la necesidad de que los comités comunitarios mantengan su actividad y retroalimenten a la cruzada.
Insistió en la importancia de que exista una conexión más clara entre la demanda generada por los comités y la oferta gubernamental, para no generar expectativas que no se puedan materializar.
El funcionario federal subrayó la importancia de precisar el alcance de los seis objetivos de la cruzada y determinar cuáles de ellos aplican a los siete millones de personas de población objetivo y cuáles son más amplios.
Por último, expuso que un reto más es atender los hogares rurales con intervenciones que incentiven más la productividad, pues la cobertura de los programas de ese tipo es muy baja, y la capacidad productiva de los hogares merma por la forma en que se almacenan las cosechas.