“Tuxtla cambia de rostro” dice el nuevo eslogan publicitario utilizado por las autoridades para justificar las obras realizadas en la capital chiapaneca.
No concuerdo mucho con ese eslogan. Debería denominarse mejor “Tuxtla cambia de maquillaje”, porque el cambio realizado me recuerda a la Duquesa De Alba en sus últimos días, cuando aparecía muy maquilladita, pero con grandes problemas de salud.
A Tuxtla no le cambiaron el rostro, le dieron un estilo de maquillaje diferente, pero como lo hemos visto en diversas partes, con un poco de agua se le corre el rímel por todas partes.
Como ejemplo de ello, en la avenida quinta norte corría, intermitente, un arroyo de excrementos que bajaba, de manera muy impetuosa y bastante olorosa, por la once poniente. Con el maquillaje que le dieron a dicha avenida, el arroyo de “caca” sigue bajando con cierta frecuencia, pero ahora corre más bonito, más libre, más seguro de sí mismo.
En el Libramiento Sur, luego de un año infernal de construcción, ahora se puede transitar más fluidamente, porque cancelaron varios retornos. En las mañanas, las carreras tipo Nascar se ponen muy emocionantes en dicha avenida. Son recomendables. Nadie debería perderse la emoción de traer una combi pegada en el trasero.
Pero hay quienes sufren un poco más. Actualmente, los habitantes del lado sur del Libramiento viven una verdadera pesadilla para poder atravesarlo y pasar al lado norte de la ciudad. Las jardineras y sus lucecitas no alumbran el ánimo de la gente que ahora tiene que utilizar más tiempo para llegar a su destino.
En Libramiento Norte, las jardineras y sus lucecitas tampoco cambiaron en nada la situación del tráfico vehicular en esta parte de la ciudad.
El maquillaje al Libramiento Norte no alcanzó para hacer ni siquiera de forma correcta los accesos de incorporación y desincorporación a los carriles centrales y laterales. Solo en esta ciudad se puede gozar el deporte de alto riesgo que todos los días practica la gente cuando pasa corriendo dicha avenida.
Antes que jardineras y lucecitas, el Libramiento Norte lo que necesita de manera urgente es la construcción de siete puentes vehiculares para tener una vía directa sin semáforos que conecte los lados poniente y oriente de la ciudad. También puentes, muchos puentes, para los ciudadanos de a pie.
Aún con todas las incomodidades que causaron las obras y el poco beneficio que generaron para la movilidad de los tuxtlecos, nuestro maquillista predilecto, el “Alfredo Palacios” de nuestras calles y avenidas, se dice orgulloso de su actuación.
En la zona de más alto tráfico del Libramiento Norte, en un enorme espectacular, Bayardo Robles luce orgullosamente su figura y pregona su particular estilo de modernización ficticia que le ha impuesto a la ciudad.
El tamaño de dicho espectacular es tan grande como su ego. No contempla ni incuba la posibilidad de que su actuación ha generado un enorme rechazo en la ciudadanía.
Hoy busca nuevamente el voto, pero como siempre, no emite sus intenciones, deja que las coyunturas determinen su camino.
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