Tragedias en el Mediterráneo: Europa busca soluciones a destiempo

Bruselas, 20 abr (PL) Los recientes llamados de Italia a Europa para actuar frente la migración marítima fueron una premonición: un barco naufragó en el Mediterráneo y causó centenares de muertos, en lo que se considera la peor tragedia de los últimos años.
Hoy la Unión Europea (UE) se moviliza con pronunciamientos y reuniones sobre la problemática, pero hace apenas tres días hacía oídos sordos ante los insistentes reclamos de Roma.
Ahora, si finalmente actúa, lo hará a destiempo e intentará aplicar curaciones cuando la herida ya sangró mucho.
Justo el sábado pasado el papa Francisco se reunió con el presidente italiano, Sergio Mattarella, y tras la cita abogó por un mayor compromiso del continente de cara al creciente flujo migratorio registrado este año en el Mediterráneo.
Del lado del grupo de los 28, por respuesta, el silencio.
Entonces tuvo que naufragar un barco y morir entre 700 y 900 personas, según los datos preliminares anunciados hasta ahora, para que los líderes de la región reaccionaran y dedicaran su atención al asunto.
La cifra se obtuvo de los testimonios de algunos de los 28 sobrevivientes, mientras solo 24 cadáveres han sido rescatados.
Este lunes, comenzó en Luxemburgo una reunión extraordinaria de ministros de Exteriores de la UE para analizar posibles acciones frente al dilema, pues el año 2015, todavía joven, apunta a romper todos los récords.
De acuerdo con reportes del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, en estos primeros meses unos 35 mil solicitantes de asilo e inmigrantes llegaron a Europa a través del mar, y cifras preliminares indican que unos mil 600 perecieron en el trayecto.
Precisamente, mientras los cancilleres analizan la cuestión, la Organización Internacional para las Migraciones lanzó la alerta de que una nueva embarcación está en problemas, con unos 300 individuos a bordo.
Antes de iniciar el encuentro, la alta representante de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, llamó a una solución urgente para la problemática, y en referencia al naufragio, señalo que «con esta nueva tragedia ya es demasiado».
«La UE ya no tiene excusa, los Estados miembros ya no tienen excusa. Necesitamos una verdadera política migratoria, necesitamos medidas inmediatas», sostuvo.
Pronunciamientos similares llegan por parte de diversos países como Francia o España, que coinciden en la necesidad de actuar de inmediato.
El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, solicitó realizar una cumbre urgente de líderes europeos, iniciativa apoyada por su par británico, David Cameron.
Según fuentes del Reino Unido, ambos jefes de Gobierno conversaron telefónicamente y comparten puntos de vista de que los principales culpables de los accidentes son los traficantes de personas, quienes se enriquecen con ese negocio y transportan a los migrantes en condiciones de extrema precariedad.
Las balas comienzan a apuntar así a esas redes criminales y de hecho, Renzi anunció que Roma estudia hacer intervenciones dirigidas contra los traficantes de personas en Libia. El Primer Ministro aclaró que la posibilidad de una intervención militar no está sobre la mesa, pero sí la de desplegar «intervenciones dirigidas para destruir una mafia criminal».
Lo cierto es que en los últimos años Italia ha actuado casi en solitario frente al tema.
Tras un naufragio en octubre de 2013 con más de 300 víctimas fatales, esa nación lanzó la operación Mare Nostrum, dedicada a vigilar las aguas mediterráneas y a auxiliar embarcaciones en peligro.
Con un presupuesto de nueve millones de euros mensuales, la maniobra permitió salvar a 155 mil personas, hasta que cesó en octubre de 2014.
En ese momento comenzó a funcionar la operación Tritón, de la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros de la Unión.
Sin embargo, los analistas alertaron sobre las limitaciones de la nueva iniciativa que no se dirige a salvar vidas, sino a controlar las fronteras europeas.
También criticaron que trabaja con un presupuesto muy bajo, de solo tres millones de euros mensuales, y sus navíos se mantienen cercanos a las costas, a diferencia de los de Mare Nostrum, que se internaban en las aguas del Mediterráneo para dar respuesta rápida ante cualquier emergencia.
Desde Italia se defiende que para enfrentar la situación actual, la UE debe, en conjunto, reforzar Tritón para darle una capacidad operativa mucho mayor.

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