México, 28 abr (PL) A poco más de un mes para los comicios de medio término en México, la campaña electoral está marcada hoy por los descalificativos, gastos millonarios, ausencia notoria de propuestas y augurios de alta abstención.
Los mexicanos están bajo bombardeo ininterrumpido de mensajes radiales y televisivos, mientras en las redes sociales la guerra es a sangre y fuego, aunque también con algún que otro candidato que canta o baila para ganar adeptos.
«¿Sabía usted que los dirigentes del PRI (Partido Revolucionario Institucional, en el gobierno) tienen propiedades millonarias en el extranjero?»
Así dice una voz en off en un mensaje publicitario del Partido de Acción Nacional (PAN) que muestra la foto de unos lujosos y altos edificios sin dar más detalles.
¿Sabía usted que un gobernador del PAN (en Sonora) construyó una presa en su rancho con capacidad para almacenar cuatro millones de litros de agua, a un costo millonario y que le quitó el acceso a ese vital líquido a los campesinos de la zona?, responde otro mensaje del PRI.
Estos y otros anuncios se repiten pero no contienen propuestas al ciudadano, en medio de puntuales problemas que le afectan como la violencia, corrupción y falta de acceso a la justicia, entre otros males reconocidos por el propio presidente Enrique Peña Nieto.
Hay de todo en esta campaña. El cantante Tony Meléndez, vocalista del Conjunto Primavera, y candidato a diputado federal por el PRI en el norteño estado de Chihuahua, adelantó que de resultar electo sólo trabajará martes y jueves en sus funciones legislativas, pues tiene que seguir sus compromisos con la banda.
El ícono del fútbol mexicano, Cuauhtémoc Blanco, se retiró del deporte la semana anterior y anunció que vendría la parte más difícil de su carrera: como político. Su debut no pudo ser peor en un mitin para promover su candidatura por el PSD (Partido Social Demócrata) en Cuernavaca.
«Temo», como le decían desde las gradas de los estadios de fútbol, se anotó un autogol al dar vivas al PRD (Partido de la Revolución Democrática), lo cual le obligó a pedir disculpas en las redes sociales y justificarlo con aquello de «soy un ser humano».
Guerra publicitaria, anuncios vulgares, campañas mediocres, titula la revista Siempre que circula aquí y no le falta razón. En los espacios radiales y televisivos hay hasta palabras fuertes o frases groseras que, lejos de silenciar el pitico de marras, resaltan contra el adversario.
La degradación por la que hoy atraviesa la democracia mexicana tiene su máxima expresión en los mensajes burdos, llenos de cizaña y de mal gusto que maquillan los partidos políticos, afirma el editorial de la publicación.
Y luego subraya que «existe una clarísima contradicción entre los 24 millones de spots para los comicios de (7 de junio) 2015 y su utilidad política».
La afirmación tiene que ver, entre otras cosas con el creciente distanciamiento de la ciudadanía con las formaciones políticas tradicionales.
Ello se acentúa en la actual coyuntura cuando están en disputa los 500 curules de la Cámara de Diputados, serán elegidos gobernadores en nueve estados y en 16 de ellos y el Distrito Federal cambiarán los legisladores locales, además de cientos de alcaldes y funcionarios municipales.
Según Siempre, los mensajes, lejos de profundizar la contienda, están aniquilando las bases de la democracia.
Lo que nos están diciendo es que todos y cada uno de los partidos son forajidos, cuyos líderes y candidato deberían estar en la cárcel, añade, para enfatizar que tal parece que las campañas que hoy se difunden están hechas para derogar las instituciones.
Y todo ello a un alto costo para las arcas del país. El Instituto Nacional Electoral (que se estrena como árbitro en esta lid) destinó a 10 partidos políticos con registro y 22 candidatos independientes la friolera de cinco mil 356 millones 771 mil 247 pesos (alrededor de 370 millones de dólares) para sustentar gastos de campaña.
El PRI, el PAN y el PRD son los más beneficiados. La lista la completan el Partido Verde Ecológico de México, del Trabajo, Nueva Alianza y Movimiento Ciudadano. También, con la menor tajada, el Movimiento de Regeneración Nacional, Partido Humanista y Encuentro Social.
Pese a los gastos y la virulencia de la campaña, se espera que el 7 de junio gane el abstencionismo, con el 60 por ciento del padrón electoral que conforman más de 87 millones de mexicanos.
Sería la consumación del desencuentro entre los votantes (inmersos en sus problemas cotidianos) y los políticos, desgastándose en una guerra sucia y mediática, que se libra en las calles, en la radio, televisión, Twitter y Facebook, donde más de uno aparece bailando reggaetón, aunque haciendo mutis a sus propuestas para mejorar al país.
México: guerra entre candidatos y apatía ciudadana
Por Orlando Oramas Leon