Por Yessenia Torres
Una forma de entender y adentrarnos en la historia de nuestro país es, sin duda, a través de la narrativa mexicana. El diálogo cultural que hemos creado entre el pasado y el presente ha sido por el trabajo de historiadores y escritores que nos han dado las versiones que tenemos sobre el nacimiento y transformación de nuestra sociedad. Por ejemplo, la novela histórica reescribe constantemente los predicamentos de la historia e incluso trasgrede la estética aceptada promoviendo nuevas formas de entender la realidad pretérita.
La reunión del chocolate de Editorial Paralelo 21, novela histórica de Luis Jorge Arnau, cuestiona e invita a descubrir una versión olvidada de los inicios independentistas de México. La historia olvidó reconocer dentro de los llamados «Héroes que nos dieron patria» al hombre que ha pasado más tiempo encarcelado como preso político a consecuencia de su participación en la Conspiración de Querétaro.
¿Quién es Epigmenio González? Quizá hayamos escuchado un poco sobre él o quizá nunca, lo cierto es que es un personaje olvidado, desapercibido por los mexicanos y tratado como personaje secundario en la historia nacional. Luis Jorge Arnau evoca a este personaje rindiéndole homenaje como uno de los primeros héroes mexicanos.
“Epigmenio era un personaje fundamental, debería estar enterrado en el Monumento de la Independencia. Lo que tratamos de hacer es rescatar a esos personajes olvidados porque siempre recuerdas al líder y al segundo a cargo pero a los otros no. Es justamente lo que pasaba con toda esta gente”, comentó Arnau en entrevista para Agencia N22.
El libro intercala el pasado con el presente mecánicamente sin perder de vista al personaje principal. Al comenzar nos encontramos en Filipinas en el año 1837 lugar donde Epigmenio González fue exiliado y encarcelado, acto siguiente podemos situarnos en alguna de las “reuniones chocolateras” o mejor conocidas como las reuniones clandestinas en Querétaro en que los Insurgentes se juntaban para conspirar en contra del gobierno Español. Estas reuniones se daban en torno a una taza de chocolate, así el nombre del libro.
El 70% de los hechos que nos narra Arnau en esta novela son reales, producto de tres años de investigación, el otro 30% es ficción, ese realismo que da vida y humaniza a los personajes históricos que de alguna manera hemos percibimos de manera cuadrada como lo menciona el autor: “la historia te habla de personajes muy blancos y muy negros, Miguel Hidalgo era un hombre muy blanco y muy recto, Doña Josefa era una mujer santa, a pesar de que la historia nos hace percibirla como una mujer muy recta y fría. Estos personajes eran seres humanos con amores y desamores, con defectos, con virtudes y este tipo de trabajo nos permite acercarnos a ese lado humano de personajes históricos.”
La novela histórica es una buena herramienta para entender la historia,sin embargo, la difusión en nuestro país es muy pobre. “La gente puede meterse más a la historia si la platicamos de manera menos seria”, concluyó Arnau.