El Gobierno de Baja California negó que los hechos del sábado pasado, cuando jornaleros y policías estatales se enfrentaron en San Quintín, sean actos de represión.
Francisco Rueda Gómez, secretario general de Gobierno, afirma que los miembros de seguridad sólo atendieron una denuncia ciudadana de que un grupo de personas intentaba entrar por la fuerza a un rancho.
El funcionario señala que los uniformados los único que hicieron fue contener a un grupo de unas 50 personas.
Aunque no especifica el número de heridos, Rueda Gómez admitió que las personas resultaron lesionadas por rocas y por balas de goma.
Fuente: Notisistema