Consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) consideraron que aunque la reforma política es un producto aún inacabado, ha logrado garantizar mayor equidad en la contienda electoral.
En entrevista, el consejero Benito Nacif señaló que esta reforma apenas se está instrumentando, por lo que resulta prematuro hacer un veredicto respecto a que fracasó, como declaró el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Miguel Barbosa Huerta.
En la víspera, Barbosa Huerta manifestó en el marco de la sesión de la Comisión Permanente que la reforma constitucional en materia política aprobada hace un año “no ha funcionado; tal parece que no sirvió”.
Al respecto, Nacif Hernández dijo: “creo que la debemos seguir aplicando y el momento de reflexionar respecto a los efectos de la misma y la manera como ha logrado corregir cierto tipo de faltas y conductas o establecido equilibrios en donde no los había, llegará más adelante”.
Señaló que así como ocurrió con la reforma electoral de 2007, siempre se pueden encontrar aspectos de la ley que se pueden perfeccionar, ya sea vía legislativa, administrativa o incluso judicial, “pero ese un trabajo que todavía está en proceso”.
En su opinión, la reforma de 2014 garantiza mayor equidad porque hay mayor rendición de cuentas de los partidos políticos, y respecto a los informes legislativos “que creo que es lo que subyace en las declaraciones del senador Barbosa, estos fueron legales en 2009 y 2012”, aclaró.
Subrayó que ahora por primera vez esto se corrigió antes del inicio de las precampañas, y por cierto no se hizo vía legislativa, porque la normatividad en materia de propaganda gubernamental está pendiente, porque desde 2008 los legisladores no han reglamentado el Artículo 134 constitucional.
Por ello, resaltó el consejero, “diría que la reforma política sigue siendo una obra incompleta mientras los legisladores no cumplan con sus atribuciones y obligaciones, particularmente en lo que concierne a reglamentar la propaganda gubernamental”.
Por lo anterior, el presidente de la Comisión de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral dijo que “si alguien es responsable de esa omisión desde hace más de seis meses es el Poder Legislativo”.
En su oportunidad, el consejero Enrique Andrade señaló que antes de considerar la reforma política un fracaso se debe esperar que transcurra la jornada del 7 de junio para ver cómo salen las elecciones y cuál será la participación de la ciudadanía.
Asimismo, conocer cuál es la confianza que tiene en las autoridades electorales y cuál fue el interés de los partidos políticos para motivar a la ciudadanía para ir a votar, y una vez que esto ocurra sería el momento oportuno para calificar el éxito o fracaso de la misma.
En tanto, el consejero Ciro Murayama dijo que toda vez que la clave de la equidad es el acceso a los recursos y a los medios de comunicación, “y si en ambos aspectos hay un cumplimiento arriba del 99 por ciento, no se puede hablar del fracaso de la reforma política”.
Agregó que se ha hecho todo lo previsto para que existan condiciones equitativas en la competencia y ejemplo de ello son los recursos equilibrados, exposición en los medios y las sanciones a quien ha incumplido la norma y tratado de obtener ventaja indebida.
Recordó que ayer se acordó una sanción por el desacato a una cautelar que implica el retiro de spots en radio y televisión a un partido, “cosa que nunca había ocurrido”, por lo que “esta autoridad está arbitrando, pintando las faltas y sacando las tarjetas cuando hay lugar para ello.
Por su parte, el consejero Marco Antonio Baños dijo que “nosotros hemos venido trabajando con la implementación de una reforma ambiciosa que ha construido una institución con atribuciones nuevas y creemos que el tema de la equidad lo hemos cuidado de la mejor manera posible”.
Resaltó que la fiscalización está rindiendo frutos y se han sustanciado todos los procedimientos sancionadores que han tenido que ver con servidores públicos y la disposición que les prohíbe promocionar su imagen con cargo al erario público.
Entonces, “esa parte se debe analizar con todo cuidado, y pese a que es reforma ambiciosa no hay ninguna atribución de la misma que el Instituto no haya atendido o puesto en peligro, por lo que habría que esperar a que rinda sus frutos para poder calificarla de un éxito o fracaso”.