México, 27 may (PL) El nuevo despliegue de tropas de Estados Unidos en Centroamérica abrirá otro ciclo de violaciones masivas a los derechos humanos y atrocidades en la región, alertó hoy el diario mexicano La Jornada.
Según un artículo de ese periódico, el envío de soldados norteamericanos a la zona en años anteriores significó un incremento de los atropellos que cometieron las fuerzas castrenses dirigidas, entrenadas y financiadas por el Pentágono (Departamento de Defensa) y la Agencia Central de Inteligencia.
«La presencia de los contingentes militares estadounidenses en Centroamérica se ha traducido en masacres, violaciones masivas a los derechos humanos, apoyo a tiranos impresentables y pérdida de soberanía para las naciones afectadas», indicó ese medio de prensa.
La Jornada recordó que muchas incursiones bélicas terminaron en ocupaciones o en la conformación «de regímenes marioneta» en Nicaragua, Guatemala y Honduras.
Asimismo, advirtió que las autoridades de Washington continúan con su orientación colonialista e injerencista, y tampoco respetan los derechos humanos y las soberanías.
El periódico argumentó esos últimos planteamientos con los abusos policiales en las calles de las propias ciudades estadounidenses; las torturas en las cárceles de Guantánamo (Cuba) y Abu Ghraib (Iraq), y las intervenciones militares en Libia y Siria.
La Jornada publicó esas reflexiones luego que el Comando Sur del Ejército estadounidense anunció ayer que desplegarán en los próximos días a 280 marines en Honduras y en otros tres países centroamericanos para participar en ejercicios con fuerzas nacionales de seguridad.
Los entrenamientos se realizarán con el alegado propósito de que las tropas del Pentágono dispongan de unidades en el área ante las posibles afectaciones por huracanes durante la temporada ciclónica 2015, la cual transcurrirá del 1 de junio al 30 de noevimbre.
Según un comunicado, 200 soldados estarán en la base norteamericana en Palmerota, ubicada a unos 75 kilómetros al norte de Tegucigalpa -la capital hondureña- y el resto permanecerá en Belice, El Salvador y Guatemala para cumplir misiones de cooperación, en correspondencia con las necesidades de cada país.
Pero activistas políticos y líderes sociales de Centroamérica denunciaron en los últimos meses que las maniobras son una intromisión en los asuntos internos de esas naciones y una amenaza para los movimientos y gobiernos progresistas de la zona.