A TIRO DE PIEDRA EL GRITO Y LA INMEDIATEZ

Por Julian Santiesteban

Curiosamente, los votantes no se sienten responsables

 de los fracasos de los gobiernos que han votado

Alberto Moravia

 

Si los problemas nacionales se resolvieran con la inasistencia a los eventos como el aniversario del Grito de Independencia, hace muchas décadas no existirían; pero más allá de la responsabilidad de los gobiernos por su mala gestión, pareciera que los mexicanos seguimos pensando en la inmediatez; en el “berrinche” del momento, sin contribuir de manera efectiva a las soluciones de fondo.

Porque aun cuando el Zócalo de la ciudad de México quedara vacío la noche de este 15 de septiembre, en el 105 aniversario de la independencia mexicana, no cambiará el terrible escenario económico que se vive y que será aun peor en 2016; es decir, nos concentramos en lo manifiesto, cuando el fondo queda intocado.

Las redes sociales se han inundado de quejas en contra del gobierno, y se han lanzado arengas para que nadie acuda al festejo nacional, pero no pasa más allá de un “like” en Facebook, pero cuando de elecciones se trata, la compra de votos con despensas, mochilas y demás enseres, los de siempre suelen ser los ganadores. Y vuelven las quejas a iniciar.

Es decir, los mexicanos actuamos como si no tuviéramos responsabilidad alguna por los gobiernos que elegimos, como si nuestra situación justificase la venta del voto, y, en contraparte, las protestas en las calles o en redes sociales fueran motivos suficientes para que la realidad nacional cambiara. A ese grado llega nuestra inmediatez de pensamiento, recibir la despensa ahora, ya cambiaremos con “likes” la terrible realidad mexicana.

Este 15 de septiembre se cumplen siete años de que en Morelia, Michoacán, el crimen organizado lanzara granadas en el festejo de independencia de esa ciudad y nadie parece acordarse, mientras la criminalidad se mantiene a pesar del cambio en el gobierno federal; el 26 de este mismo mes se cumplirá el primer año de la desaparición de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, Guerrero; enmarcado en la presentación de un proyecto de presupuesto federal que, como nunca antes, recorta recursos a las entidades federativas y los municipios, y deja prácticamente desarticulados los programas de apoyo al campo para 2016. Pero a los mexicanos lo que parece importar es arruinar el evento del grito en el zócalo.

Si acaso los críticos al gobierno lograsen que nadie acudiera al festejo, seguramente el gobierno federal, los estatales y municipales, encontrarían la manera de llenar las plazas con “acarreados” de eso no hay la menor duda, y estos recibirían además la ácida crítica de la disidencia al señalarlos de “agachones” y “vende patrias”, hasta que llegue la siguiente elección, la siguiente despensa.

Habría pues que concentrarse en lo verdaderamente importante, en dejar de inconformarse en las redes sociales y cambiar en las urnas; porque de nada sirve marchar si las elecciones arrojan los mismos resultados. Eso es comenzar con modificar de fondo el entorno.

Por cierto, que el cambiar de partido en  gobernante no será suficiente, este país requiere ciudadanos interesados en el acontecer diario, personas que participen y construyan procesos de gobernanza, es decir que exijan y hagan junto con el gobierno acciones para su beneficio. Por lo demás, decida el lector si acude o no al Grito de Independencia, con la conciencia de que su asistencia o no al señalado evento, en nada modificará su realidad, si no modifica su actitud ciudadana frente al gobierno; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

P.D. ¡Viva México…a la mexicana!

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