Ocultan Murillo Karam y Osorio Chong pruebas sobre fuga del ‘Chapo’

InsurgentePress/Ciudad de México.- Televisa a través del programa Primero Noticias a cargo de Carlos Loret de Mola, difundió ayer un video y audio que evidenció la tardía reacción y omisiones de custodios del Penal del Altiplano en la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el pasado 11 de julio.

En el audio de la cámara de la celda, difundido ayer por Televisa, se escuchan ruidos de martillos neumáticos en la losa del piso de su regadera, que habían sido ocultadas en las primeras versiones del caso que presentaron a la opinión pública, la Procuraduría General de la República (PGR) y Secretaría de Gobernación (Segob).

En la grabación se escucha nítidamente los ruidos que salen del perímetro de la celda asignada a ‘El Chapo’ desde las 20:46 de la noche del 11 de julio.

El martilleo pasó inadvertido para los elementos de la Policía Federal encargados del centro de monitoreo del penal. Nadie se alerta, como muestra el video dado a conocer en exclusiva por Primero Noticias.

Aparentemente es un martilleo y se escucha al menos cuatro veces más en los siguientes cinco minutos.

A las 20:49, en el Centro de Monitoreo todo sigue como si no pasara nada en la celda número 20. Los elementos de la PF siguen sentados y no se ve señal de alarma.

A las 20:50, “El Chapo” decide pararse, estira su cobija y va a la letrina. Aparentemente orina, mientras sigue el martilleo.

Instantes después, a las 8: 51 de la noche con 11 segundos, Guzmán Loera se acerca a la regadera y se escucha un ruido como si cayera tierra y se moviera una placa.

Se aleja, se vuelve a acercar y se escucha una voz indescifrable procedente del agujero.

Vuelve a hacer el mismo movimiento, desaparece de la imagen por unos segundos y luego regresa a cambiarse de zapatos…

Es a las 8:52 de la noche y 14 segundos que entra al túnel.

Y de nuevo lo mismo, en el Centro de Monitoreo nadie parece estar preocupado por lo que se acaba de ver y escuchar.

Es hasta las 9 de la noche con 17 minutos que los monitoristas de la Policía Federal se reúnen frente a dos pantallas y platican, pero sin mostrar alarma. Habían pasado 25 minutos de la fuga.

Las autoridades calculan que el reo tardó alrededor de 15 minutos en recorrer y salir del túnel.

Vicente Flores Hernández, jefe de esa área de Monitoreo, envía a dos custodios a la celda. Son Juan Ignacio Cuarenta Orozco y Esteban Estrada Ramírez.

Llegan a las 9 de la noche con 18 minutos. Le gritan por su apellido:

“Guzmán Loera… Guzmán Loera… Guzmán Loera…”.

Segundos más tarde Cuarenta Orozco y Estrada Ramírez, los custodios, aparecen por completo en la imagen. Hacen una revisión desde afuera de la celda y se comunican por radio:

–Comandante ¿Me escucha?
–¿Qué pasó?
–Hay un hoyo en la regadera.
–¿Qué pasó?
–Hay un hoyo en la regadera, comandante, hay un hoyo en la regadera.
–¿Hay un hoyo?
–Afirma, afirma, en la coladera de la regadera hay un hoyo.
–¿De qué tamaño?
–Grande comandante, grande…
–Oye ¿Pero el interno no está ahí?
–No comandante, no está.
–inaudible.
–Lo más rápido posible porque se nos va.

Ambos custodios se retiran.

A las 9 de la noche con 22 minutos y 54 segundos una voz no identificada llama desde lo lejos a “El Chapo”, pero ahora por su nombre y con el tratamiento de Don, como se referían a él el resto de los reclusos.

“Don Joaquín… Don Joaquín… Don Joaquín”.

Un minuto después, los barrotes de las celdas contiguas comienzan a ser golpeados, pero el motivo no queda claro. Los investigadores deducen que los internos creyeron que Guzmán Loera estaba sufriendo un infarto y que a los funcionarios no les importaba.

A partir de este momento hay gritos y groserías que podrían resultar ofensivos para los televidentes. (Se recomienda discreción y tomar las precauciones necesarias).

–Venga oficial por favor a la 20…
–No se pasen de verga… valen pa pura verga, pinches putos.
–Ya vienen los primeros auxilios… a ver si así trabajan.

A las 9: 25 con 56 segundos, un custodio pide que se abra la celda donde permanecía Guzmán Loera.

Se le permite el acceso, ilumina con una lámpara y desaparece, pero los gritos y los golpes continúan durante tres minutos más.

–Ya valiste verga, puto, eh
–Valen pa pura verga…
–A ti también, pinche Canicón, tú también pinche abuelo….

Es hasta las 9 de la noche con 29 minutos y 25 segundos, casi 40 minutos después de la desaparición de “El Chapo”, que dos personas entran a la celda.

De acuerdo con las declaraciones iniciales presentadas en Primero Noticias, son Roberto Cruz Bernal, supervisor de Custodios, y Emanuel Galicia Conchillos, uno de los monitoristas de la Policía Federal.

–Vámonos comandante, vámonos….

Ambos ingresan al agujero, mientras los gritos a lo lejos continúan. Otro elemento entra a la celda y permanece en la regadera.

A las 9:31 con 40 segundos vuelve a haber comunicación entre el personal vía radio:

–Jefe, hay un hueco pero al parecer está tapado del otro extremo.
–El de la regadera no jefe, pero ya bajaron y está tapado abajo.

De inmediato se escuchan una serie de golpes.

Estos fueron los realizados por los elementos de Seguridad del penal para quitar una especie de traba dejada por Guzmán Loera y sus cómplices al dar los primeros pasos dentro del túnel de un kilómetro que desembocó en la construcción en obra negra.

El código rojo fue activado casi tres horas después.