(Agencias) MÉXICO, D.F.- Con un intenso 1-1, América y Pumas cerraron su participación en la fase regular del Apertura 2015. En cotejo celebrado en el estadio Azteca, ambas escuadras mostraron sus mejores versiones, pero Universidad terminó mejor, siendo más intensos y buscando el gol, viniendo de atrás. El líder se adueñó del Coloso de Santa Úrsula.
El duelo comenzó a favor de Universidad Nacional. Pumas presionó desde la salida, mordiendo, obligando a recular, con intensidad ante el juego del América. Bastaron seis minutos para que los locales lograran acercarse con real peligro y lo consiguieron en un tiro de esquina; el balón se fue por encima del arco de Palacios y todo acabó ahí.
Instantes después, Eduardo Herrera hizo lo propio. El ’15’ cabeceó la pelota y ésta apenas rozó el poste derecho de la cabaña de Moisés Muñoz. Era un partido abierto, con vida, de constante ida y vuelta. Ninguno de los dos equipos cedía mayor terreno del posible, pero ambas propuestas eran ofensivas.
Pasados los primeros 15 minutos, la banda izquierda se convirtió en la principal vía de acceso para América. En este sector, Paul Aguilar y Rubens Sambueza combinaron para generar jugadas de peligro; Universidad contragolpeaba con vértigo y velocidad, argumentos que son característica de Ismael Sosa, Matías Britos y Fidel Martínez.
Al 32′, un balón de Michael Arroyo pasó sin encontrar rematador por toda el área auriazul; pese al correr del cronómetro, la fuerza con la que se disputaba el encuentro no bajaba, al contrario, cerca del cierre de la primera mitad, los trazos angustiantes se mantenían sobre la grama. Y la recompensa llegó…
Al 37′, Rubens Sambueza tomó la pelota en los linderos del área puma, sin pensarlo, el capitán azulcrema disparó cruzado y venció a Alejandro Palacios. El balón era imparable para el cancerbero. América se adueñó de la redonda y del momento anímico después de inaugurar el electrónico. Así llegó el descanso.
El inicio del complemento no fue distinto para las Águilas. Con Darwin Quintero encendido, comandando la ofensiva azulcrema. En cuestión de pocos minutos, el ataque de las Águilas exhibió las desatenciones de una zaga felina gélida ante tanto embate enemigo.
Con la pérdida del balón y la desventaja en el marcador, Guillermo Vázquez modificó su esquema. Al 56′, el timonel mandó al campo a David Cabrera, sustituyendo a Fidel Martínez; la intención era recuperar la bola y reintentar enchufar el aparato ofensivo, pensando en cortar distancias en la pizarra.
Los cambios dieron calma momentánea a la visita, y es que Vázquez le dio acceso a Marcelo Alatorre y Daniel Ludueña, además de Cabrera. América hizo lo propio y le dio minutos a Oribe Peralta, a nombre de Darío Benedetto, pero la tónica y el marcador se mantuvieron intáctos, así parecía…
Pero el talento, el desequilibrio apareció en el campo de los botines de Ludueña. El ’10’ tomó el balón en un costado, desapareció a su más cercano rival con una finta y sirvió para Ismael Sosa, mejor ubicado, para que el ‘Chuco’ rematara tranquilo con la derecha y mandara el esférico al fondo de la red azulcrema. El guión dio un giro inesperado.
Como ocurrió con el tanto de las Águilas, Pumas recuperó la ambición, las ganas y el futbol, aprovechando que el rival había bajado la intensidad, mostrando cansancio. Universidad era mejor y la sensación de peligro se mantenía. Y no hubo tiempo para más. El empate fue justo, dejando en claro que los de azul y oro habían sido superiores, al menos en el cierre del compromiso.