París (PL) El elevado desempleo constituye un grave problema económico en Francia y una de las principales preocupaciones para los habitantes de este país, donde la tasa de paro se ubica en torno al 10 por ciento.
La divulgación de las cifras sobre el comportamiento del mercado laboral genera expectativas y pesimismo cada mes.
Algunas personas para conocer los datos, otras son más pesimistas y expresan estar cansados de no ver llegar una mejoría creíble sobre un apartado que impacta directamente en sus bolsillos.
El número total de demandantes de ocupación en todas las categorías (jornada parcial o completa) supera los tres millones, una cifra que sobrepasa los cinco millones si se incluye a los ciudadanos de los territorios de ultramar.
Analistas señalan que algunos de los principales desafíos del Ejecutivo corresponden al área económica, concretamente al apartado laboral y al del crecimiento, aún insuficiente para lograr una recuperación sostenida del empleo.
Pese a signos de ligera mejoría, la situación del mercado laboral sigue siendo inquietante, opinan expertos.
En tal sentido, alertan que las leves mejorías no pueden considerarse un trueque de la curva ascendente del paro, sobre todo por la debilidad del crecimiento y porque no se ha reanudado la inversión al persistir la desconfianza, principalmente por parte de las empresas.
El Consejo económico, social y medioambiental de Francia remarcó recientemente que disminuir el desempleo y relanzar un crecimiento sostenible, deben constituir los objetivos centrales de las políticas macroeconómicas.
En un reporte divulgado sobre el tema, el organismo estatal señaló que la frágil recuperación experimentada por la nación gala se basa principalmente en factores externos, ya que las medidas adoptadas internamente no han dado frutos.
Por ello, el Consejo recomendó una evaluación completa de las políticas de lucha contra la desocupación.
Aspectos como el número de plazas creadas, la sostenibilidad de estos puestos de trabajo, los costos para las finanzas públicas, el impacto en la competitividad y en el comercio exterior, deben tenerse en cuenta al realizar los análisis, remarcó.
También insistió en la importancia de implementar mecanismos más justos de reparto y favorecer el acceso al crédito de las pequeñas y medianas empresas, así como de las muy pequeñas.
SIN CAMBIO VISIBLE DE RUMBO
Pese a las reiteradas recomendaciones provenientes desde diferentes voces, hasta el momento el Ejecutivo se ha resistido a cambiar con fuerza el rumbo de su política laboral, muchas veces criticada por favorecer a las empresas en detrimento de los trabajadores.
El presidente François Hollande condicionó su candidatura a las elecciones presidenciales de 2017 al tema laboral, ya que reiteró que sólo se presentará si se registra una baja creíble del desempleo, una de sus promesas de campaña electoral de 2012.
El primer ministro Manuel Valls subrayó que la política económica del gobierno no será totalmente creíble hasta que no baje del nivel de cesantía. Nuestra obsesión es la disminución de la tasa de desocupación, remarcó.
Valls también reconoció que los sucesivos aumentos de impuestos aplicados en los últimos años en Francia, provocaron daños considerables en la actividad económica.
Esa alza, que concierne a las empresas y a los hogares, fue un shock para las personas y creó una forma de ruptura entre los franceses y el impuesto, apuntó durante un debate organizado por el Club de Economía del periódico Le Monde.
El gobierno presentó a fines de septiembre sus presupuestos generales para 2016, que prevén un repunte del crecimiento de la economía e incluyen rebajas de impuestos que son posibles debido a lo que considera la «gestión seria» de las finanzas públicas realizada en los últimos años.
Según el Proyecto de Ley de Finanzas, el Producto Interno Bruto (PIB) debe subir un punto porcentual este año y 1,5 en 2016.
Las empresas se beneficiarán de una bajada de las retenciones por valor de 33 mil millones de euros en 2016, al mismo tiempo que se reduce el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas para ocho millones de hogares, por un importe total de dos mil millones de euros.
Especialistas apuntan que hace falta que la economía genere al menos 100 mil puestos por año para absorber el incremento de la fuerza de trabajo. Unedic, gerente de seguro por desempleo, calcula que eso no sucederá este año.
Acorde con dicho organismo, la tasa de paro comenzará a retroceder en 2016, año en que se ubicará en 9,7 por ciento debido a la creación de 159 mil plazas.
La compleja situación de dicho mercado está vinculada principalmente al estancamiento del PIB como consecuencia de las medidas de austeridad aplicadas en la Eurozona, con el alegado objetivo de intentar aguantar el incremento del déficit y la deuda pública.
Las persistentes dificultades laborales, el deterioro de la confianza de los consumidores y el incremento de la pobreza, son hasta el momento las consecuencias más palpables de las medidas impuestas.
Entretanto, el poder adquisitivo de las personas sigue disminuyendo y crece la desconfianza debido a la ausencia de medidas efectivas para enfrentar los problemas económicos que más golpean a las familias francesas.
*Corresponsal de Prensa Latina en Francia.