La Habana (PL) El 2015 fue decisivo en el despegue de la inversión extranjera directa (IED) en Cuba por la intensa actividad de promoción y la aprobación de los primeros proyectos, luego del nuevo rumbo adoptado para esa estrategia.
Al considerarla una de las transformaciones de mayor trascendencia en la política económica de Cuba, analistas y autoridades de la isla ponderaron esa opción para sectores claves, ya no como complemento, sino como factor para el desarrollo económico del país.
La captación de capital foráneo es considerada también una de las acciones de mayor connotación en el proceso de actualización del modelo económico cubano, y se fundamenta en la importancia de invertir recursos externos para elevar de manera sostenida el ritmo de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
Cálculos estiman que para lograr tasas de crecimiento entre el cinco y el siete por ciento del PIB se requiere atraer flujos de inversión extranjera entre dos mil y dos mil 500 millones de dólares anuales.
La experiencia internacional indica que los países que han logrado emprender una senda de crecimiento y mejoramiento de su infraestructura y condiciones de vida de la población, gozan de tasas no menores del 30 por ciento del PIB, que, además, proporcionan acceso a las cadenas internacionales de valor y a las nuevas tecnologías.
En correspondencia con la Ley 118 de la Inversión Extranjera se pretende disponer de participación mayoritaria cubana en los negocios en los que esté prevista la extracción de recursos naturales, la prestación de servicios públicos, el desarrollo de la biotecnología, el comercio mayorista y el turismo.
De acuerdo con la directora de Negocios del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (Mincex), Katia Alonso, hasta mediados del año recién concluido se había aprobado una veintena de proyectos de inversión extranjera, entre los que destacan contratos de administración hotelera, asociaciones económicas internacionales y empresas mixtas en los sectores de petróleo, turismo, servicios profesionales y construcción.
En ese grupo sobresalen los ocho usuarios aprobados en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), dos de ellos en operaciones y seis en proceso de ejecución de las inversiones.
Por la parte cubana figuran la Empresa de Servicios Logísticos y la Terminal de Contenedores, esta última bajo contrato de administración con PSA Internacional, de Singapur, una de las más importantes operadoras de terminales portuarias del orbe.
También se cuentan firmas ciento por ciento de capital extranjero, como las mexicanas Richmeat, productora de embutidos de carne, y Devox Caribe, fabricante de pinturas, mientras que España tiene presencia mediante Profood Service, abastecedora de alimentos y bebidas para el sector hotelero.
Las otras aprobadas son BDC-Log y BDC-Tec, ambas de Bélgica, que trabajarán en la actividad logística y de altas tecnologías, respectivamente, y BrasCuba, productora de cigarrillos, compuesta por Brasil y Cuba.
Para Ana Teresa Igarza, directora general de la Oficina que administra la ZEDM, «esas primeras empresas extranjeras son pequeñas; tenemos expedientes de otras más fuertes casi concluidos, pero vale aclarar que la Zona no es solo para los grandes -que lógicamente queremos-, sino también para medianos y pequeños, de personas jurídicas o naturales de cualquier país cuyos proyectos nos convengan».
En medio de los trajines de promoción de la IED Cuba aprovechó la edición 33 de la Feria Internacional de la Habana para presentar su Directorio Comercial, el cual agrupa a 323 empresas vinculadas a 22 sectores, que ejercen actividades de exportación, importación y producción.
Se trata de un instrumento para facilitar los contactos entre entidades cubanas y extranjeras, e incluye, además, regulaciones técnicas al comercio, sobre todo las asociadas a la calidad y los requisitos indispensables para ejercer la actividad de compra y venta en el exterior.
Dicho documento se acompañó de la segunda versión de la Cartera de Oportunidades de Negocios del país, que incluye ahora 326 proyectos identificados en 12 áreas económicas fundamentales.
Valorados en ocho mil millones de dólares, los proyectos incluidos están diseminados por todo el archipiélago, y fueron identificados por empresas cubanas interesadas en fomentar los flujos de capital foráneo para mejorar sus capacidades tecnológicas y métodos gerenciales.
La presente versión tiene como novedad la incorporación de tres proyectos orientados a crear instalaciones para el desarrollo de exportaciones de servicios de turismo de salud y asociados al deporte.
Además, se insertan negocios referidos a los medios audiovisuales y al comercio mayorista, cada uno con tres proyectos encaminados a impulsar esas actividades en el país.
Este renovado portafolio contiene 80 oportunidades de inversión más que el anterior, del cual se retiraron 40 por estar en fase de negociación avanzada.
Con estos dos documentos a disposición de los inversionistas extranjeros, Cuba entró en una nueva fase de inserción en el mercado internacional, con mayores oportunidades y condiciones en aras de diversificar sus relaciones comerciales, incluso en un escenario sin bloqueo.
Al decir del ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, «nos encontramos en un momento de despegue, de generación de confianza hacia los inversores de otros países en un marco económico y político que ha despertado gran interés».
ELEMENTOS QUE SE COMBINAN
De considerable trascendencia fue durante el año todo lo avanzado en el proceso de restablecimiento y normalización de las relaciones con Estados Unidos, aun con la existencia del bloqueo económico, comercial y financiero, el principal obstáculo para la concreción de un mayor número de inversiones.
El economista José Luis Rodríguez, asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, asegura que los efectos de ese acercamiento han sido mayormente indirectos, a partir del impacto que presumiblemente tendrá el levantamiento del bloqueo en el mercado cubano.
En su opinión, esto ha repercutido en el proceso de gradual normalización de los flujos financieros externos y en un acrecentado interés por comerciar e invertir en Cuba por parte de sectores de negocios de diversos países, entre los que sobresalen México, España y Rusia.
No menos importante para este experto resultó el reordenamiento y la mejoría de la posición financiera del país, particularmente en lo referido a su deuda externa.
En tal sentido, mencionó la reducción del 70 por ciento de la deuda con el Club de París, que alcanzó unos 11 mil 100 millones de dólares, de los cuales se pagarán dos mil 600 millones en un período de 18 años.
Tal transacción se unió a avances anteriores como la condonación por parte de Rusia del 90 por ciento de lo adeudado a la antigua Unión Soviética, por un monto calculado en 35 mil millones de dólares, con facilidades para el pago restante durante 10 años y a bajas tasas de interés.
Paso importante fue la cancelación del 70 por ciento de la deuda con México por 487 millones de dólares con facilidades para el pago pendiente.
Rodríguez asegura que a partir de este desempeño, que llevó a que el pago del servicio de la deuda aumentara de 2,5 a cinco por ciento del PIB entre 2008 y 2015, se comienzan a registrar avances en el otorgamiento de nuevos créditos y en la inversión extranjera directa en el país.
Se trata de un aumento de la credibilidad financiera de la isla y un incremento de las oportunidades para insertarse en la economía mundial y acelerar su tasa de crecimiento.
Algo que por supuesto tendrá, además, una consecuencia directa en el comercio, los negocios con los proveedores y, por supuesto, en la inversión extranjera.
* Jefa de la Redacción de Economía de Prensa Latina.