Aumentar la fuerza laboral de las mujeres y disminuir las brechas de género en el mercado de trabajo tiene como efecto que las economías del mundo tengan un crecimiento más rápido, sostuvo ONU-Mujeres.
El aumento de la participación femenina en la fuerza de trabajo –o una reducción de la desigualdad entre la participación de mujeres y de hombres– produce un crecimiento económico más rápido, estimó ONU-Mujeres tras analizar varios reportes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre diferentes países.
En su informe “Hechos y cifras: empoderamiento económico”, el mecanismo de Naciones Unidas advirtió que incrementar la proporción de los ingresos en los hogares encabezados por mujeres (con recursos que ganan ellas mismas) modifica “los patrones de gasto” a favor principalmente de las hijas e hijos, según los datos aportados por la OCDE.
Se suma que los países donde las mujeres tienen menos posibilidades que los hombres de acceder a instituciones financieras, tienen economías de ingresos medios-bajos, abundó ONU-Mujeres.
También se estima que en el mundo las mujeres podrían aumentar sus ingresos hasta en 76 por ciento si se superaran las brechas de participación en el empleo y salarial entre los sexos.
Este incremento tendría un valor global de 17 millones de dólares, lo que equivale a 306 millones de pesos mexicanos, precisó el organismo internacional.
Por otra parte, las empresas también se benefician enormemente al aumentar las oportunidades para las mujeres en cargos de liderazgo, lo que –según se ha demostrado– aumenta la eficacia organizacional.
Se estima, añadió ONU-Mujeres, que las compañías donde tres o más mujeres ejercen funciones directivas registran un desempeño más alto en todos los aspectos de la eficacia como organizaciones.
En lo que respecta al campo, la instancia señaló que las mujeres realizan 43 por ciento del trabajo agrícola en los países en desarrollo; sin embargo, tienen acceso limitado a insumos y menos de 20 por ciento de ellas son propietarias de la tierra.
Esa desigualdad de género –mencionó el organismo– se debe en parte a las legislaciones que restringen las oportunidades, y representa un obstáculo para que quienes se dedican a la agricultura inviertan y se beneficien de nuevas oportunidades económicas
Asimismo, las mujeres de países en desarrollo se ven más afectadas por las brechas de género en las actividades de recolección de agua, combustibles y procesamiento de alimentos, y éstas se intensifican en contextos de crisis económica, degradación medioambiental, desastres naturales y servicios inadecuados.
Además, en condiciones de desastre natural, las mujeres pobres registran una mayor probabilidad de morir que los varones. En contraste, entre las personas con mayores recursos económicos no existe esta desigualdad.
ONU-Mujeres observó que casi 90 por ciento de 143 economías estudiadas tiene al menos una legislación que restringe las oportunidades económicas para las mujeres.
Fuente: CIMAC Noticias