Con música y baile en la explanada del Centro Femenil de Reinserción Social de Tepepan, en la delegación Xochimilco al sur de esta ciudad, estudiantes normalistas, politécnicos, policías comunitarios, ex presos políticos y activistas pidieron la libertad de la ex comandanta de la Policía Comunitaria (PC) de Olinalá, Guerrero, Nestora Salgado García.
A las 10 de la mañana de este domingo, familiares de Nestora se dieron cita en el penal para entrar a verla y dar detalles de la visita colectiva convocada por la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos, y a la que sumaron activistas de Guerrero y de esta capital con el fin de animarla en su lucha por la libertad.
Apenas el pasado jueves 7 de enero los abogados de Salgado García –quien lleva dos años y cinco meses de prisión desde el 21 agosto de 2013 tras ser detenida durante un operativo federal en la región de La Montaña guerrerense– fueron notificados de la decisión de los magistrados de la Primera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de Guerrero, quienes ratificaron el auto de formal prisión por una de cinco acusaciones de secuestro en contra de la ex comandanta.
En medio de un contexto adverso, Nestora escribió una carta que fue leída en el acto cultural de ayer en la que reiteró que está presa sin haber cometido algún delito: “He sido castigada y torturada sólo por pedir paz para mi comunidad, y por impedir que nos siguieran maltratando y desapareciendo a nuestros jóvenes, a nuestra raza”.
A pesar del reciente revés judicial, la activista se mostró animada con quienes la visitaron: “Quiero decirles que a pesar de toda esta injusticia que se ha cometido conmigo, tengo la esperanza de que el gobierno de Guerrero y la Fiscalía del estado se desistan de las acusaciones”.
En la misiva, la ex comandanta confió en que el fiscal de Guerrero, Javier Ignacio Olea Peláez, con su experiencia como penalista, se dé cuenta de las graves violaciones en su caso, por lo que llamó a que se considere que actuó como policía comunitaria, de acuerdo con el sistema de justicia reconocido y validado por la Ley 701 del estado y no como secuestradora.
A las 11 de la mañana comenzó a congregarse afuera del penal un contingente que con mantas, fotografías de personas desaparecidas, guitarras, tambora o machete en mano, hicieron una verbena por quien consideraron “nuestra comandanta”, la mujer que asumió el cargo de organizar a la gente para detener los secuestros, robo de ganado y la violencia en su localidad.
De acuerdo con Cleotilde Salgado, hermana de Nestora, ella se encuentra en buenas condiciones, animada y contenta de que apoyen su causa y con confianza en los abogados que anunciaron un amparo contra la reciente resolución, y otro recurso jurídico para solicitar la nulidad del juicio, pues no se le dio asistencia consular durante su primera declaración a pesar de ser ciudadana estadounidense.
Mujeres, estudiantes y activistas de Guerrero hicieron una larga fila en la entrada principal del penal de Tepepan para esperar su turno y visitar a la ex comandanta; algunos sin identificación oficial y sin la vestimenta adecuada para su ingreso, pero con la esperanza de convencer al personal de seguridad para poder verla y hablar con ella unos minutos.
Quienes no pudieron verla fueron el líder del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, Ignacio del Valle, quien pasó cuatro años en prisión por el supuesto delito de “secuestro equiparado”, y Trinidad Ramírez, “doña Trini”, quien organizó y encabezó el movimiento campesino de San Salvador Atenco, Estado de México, en ausencia de su compañero.
Hasta las 3 de la tarde, hora en que termina la visita a la población reclusa, Ignacio del Valle y doña Trini lideraron las consignas a favor de Nestora, esperando turno para entrar. Trinidad aseguró que este es un caso más plagado de anomalías, un castigo hacia una compañera a quien ni siquiera se le ha probado el delito de secuestro.
“Primero quererla con un abrazo, quiero recordar la primera vez que vi a Ignacio después de un año y medio que estaba preso”, dijo doña Trini, quien aún espera ver a Nestora y decirle que no se arrepienta porque el pueblo seguirá luchando, ya que “la conciencia y el amor hacia el pueblo es para siempre”.