Tegucigalpa, 12 ene (PL) Las remesas a Centroamérica por parte de nacionales fuera de sus países de origen registraron en 2015 récord histórico con 15 mil 818 millones de dólares, superior siete por ciento a la del año precedente.
Datos de la AirPak, que opera con el respaldo de Western Union y es líder en envío y recepción de remesas en la región, muestran que esa cifra se corresponde con la reanimación del mercado laboral y mejores salarios en Estados Unidos, a donde se mueve la mayor cantidad de migrantes centroamericanos.
A ello se suma el factor cambiario, pues con la apreciación significativa del dólar el aumento es aún mucho mayor en moneda local, algo en lo cual coinciden los bancos centrales de esa zona geográfica.
En los números de cierre de año sobresale México, primer lugar en la recepción de remesas en América Latina, al sobrepasar el flujo de dinero recibido en 2009 al acumular 25 mil 83 millones de dólares, por encima de los 23 mil 647 millones del 2014.
A pesar de que la migración hacia los Estados Unidos ha bajado, aún hay mucha gente que migra a es país, afirmó Mario Lozano, director general de AirPak, quien aseguró que a pesar de ello las partidas crecen.
En el caso específico de Centroamérica sobresalen Guatemala y Honduras donde hubo un salto mayor respecto al calendario anterior, mientras en Nicaragua, el Salvador y Costra Rica la entrada monetario fue más moderada, señaló Lozano.
Las remesas representan el 17,3 por ciento del Producto Interno Bruto en Honduras, el 16,7 en El Salvador, el 12,5 en Guatemala y el 9,6 en el caso de Nicaragua.
Para el Fondo Multilateral de Inversiones, miembro del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo, el incremento del flujo migratorio desde Centroamérica hacia Estados Unidos registró un alza promedio del 12 por ciento en los últimos años desde la crisis de 2009, lo cual explica la expansión de las remesas hacia la región en su conjunto.
El directivo de AirPak anunció que para 2016 el envío de remesas a Centroamérica y México crecerá un cuatro por ciento, ya que el mercado laboral estadounidense seguirá en ascenso, lo que generará una mayor renta de los inmigrantes para enviar a sus familias.