InsurgentePress/ El dolor físico dicen que tiene remedio, el interno es un desasosiego que va carcomiendo de forma lenta las fuerzas de cualquiera. Así anda Bernardo Benítez quien no duda en ofrecer su vida a cambio de encontrar sano y salvo a su hijo, uno de los cinco jóvenes levantados por elementos de la policía en Tierra Blanca, Veracruz, el pasado 11 de junio.
Benítez guarda una ligera ilusión de saber algo sobre el paradero de su hijo, por eso montó una guardia sin descanso en las instalaciones del Ministerio Público de Tierra Blanca, en los últimos 10 días. Cada noche que llega se ha tornado densa, más oscura con un aire entristecido para él y su familia. En medio de la incertidumbre no hay peor espera de noticias que aquellas que no tienen principio ni fin.
“Si desean un brazo mío, una extremidad, se las puedo entregar a cambio de nuestros hijos. Si desean más, aquí está mi vida, se las entrego a cambio de ellos, cuando ellos digan y cuando quieran, no me importa morir.
“Si los que tienen a nuestros hijos son padres, que miren a nuestros hijos a los ojos, y que vean en ellos los ojos de sus hijos, para que lo que ellos les quieran hacer, hagan de cuenta que se lo están haciendo a sus hijos”, expresa Benítez a los periodistas que no dejan de llamar vía telefónica.
Benítez es padre de Bernardo de 25 años de edad, uno de los cinco jóvenes que tripulaban un auto compacto antes de ser interceptados por una patrulla de la policía estatal en Tierra Blanca, Veracruz, el pasado 11 de enero.
Desde ese día, las autoridades ha capturado siete policías estatales, acusados de haber participado en el secuestro de los jóvenes, pero ninguna ha aportado pistas concretas para saber del paradero de los jóvenes.
Benítez sigue sin creer las versiones del Gobierno de Veracruz, y con justa razón, pues hasta ahora los siete policías detenidos no han confesado a quién entregaron los cinco jóvenes o dónde están.
Además, atajó las versiones mal intencionados que han pretendido ligar a los desaparecidos de manera forzada con una actividad criminal.
Los jóvenes eran sanos, afirmó, no hay que inventar historias que nada tienen que ver con la vida de ellos.
Benítez menciona que tanto él como otros familiares permanecen día y noche en las instalaciones del Ministerio Público de Tierra Blanca, para “en cierta forma hacer presión” respecto al avance en las indagatorias, y esperar información.
La gente de ese municipio, dice, los ha apoyado con víveres y colchonetas, aunque lo ocurrido los ha desgastado a nivel emocional y físico.
“Minuto a minuto sentimos que se nos va todo aquí”, confiesa.
Duarte presume baja en crimen
El pasado martes, el Gobernador priista de Veracruz Javier Duarte dijo que los delitos de alto impacto han tenido “una baja significativa” en la entidad.
Según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), durante el gobierno de Duarte, del 1 de diciembre de 2010 hasta noviembre de 2015, se han registrado 3,779 averiguaciones previas por casos de homicidio doloso, y 495 por secuestro.
En cuanto a secuestro, en 2014 se registraron en Veracruz 144 indagatorias, en comparación con las 90 de 2015 (hasta noviembre), lo que representa una reducción de 37%.
Sin embargo respecto a homicidio doloso, en 2014 se registraron 487 averiguaciones, en comparación con las 505 de 2015 (hasta noviembre), un incremento de 3.6%.
Sobre lo ocurrido en Tierra Blanca, Duarte mencionó que se aplicará todo el rigor de la ley contra los responsables.
“Ya tenemos, como ustedes los saben, siete detenidos que desafortunadamente son policías que defraudaron la confianza depositada en ellos y que se les va a aplicar todo el peso de la Ley como un ejemplo de lo que no se debe de hacer”, expresó Duarte, según un comunicado del gobierno estatal.
“No tendremos consideración alguna con ellos, al contrario, vamos a actuar con toda la fuerza, porque es un tema que nos agravia y que nos lastima como sociedad”, agregó.