Washington, 22 ene (PL) América Latina y el Caribe tendrían en 2016 un crecimiento negativo por segundo año consecutivo, primera vez que ocurre desde la crisis de deuda de 1982-83, afirmó hoy Alejandro Werner, director para el Hemisferio Occidental del FMI.
El alto funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI) explicó que tales perspectivas se basan en un comienzo de año difícil por estallidos de volatilidad financiera, ante la incertidumbre creada por la caída de los precios de las materias primas y divergentes políticas monetarias aplicadas por las economías avanzadas.
Werner significó que la recuperación mundial insiste por afianzarse, en un contexto en que las dificultades de algunas grandes economías de mercados emergentes empañan las perspectivas de crecimiento.
Para la región, que en 2015 creció apenas un 0,3 por ciento, se repetirá ese mismo comportamiento, a pesar de que algunas de sus economías avanzan, en forma moderada pero indudable, apuntó.
El directivo del FMI significó que el marcado descenso de los precios de las materias primas (que oscila de 30 por ciento a 50 por ciento en relación con su valor máximo dependiendo del país) ha provocado pérdidas significativas en los ingresos por exportación, estimadas en alrededor de 200 mil millones de dólares para las siete economías más avanzadas de la región.
Al reflexionar sobre esa situación, Werner señaló que en términos de intercambio en los casos de Argentina, Brasil y México no es suficiente para explicar la contracción sufrida.
En general, para el mediano plazo se prevé que el comportamiento económico se mantenga débil, lo cual subraya la importancia de resolver los retos internos.
En un artículo de su autoría, publicado en el blog Diálogo a Fondo sobre temas económicos de Latinoamérica, precisó que en conjunto la región mostrará diferencias.
Al respecto, consideró que si bien América del Sur se ve fuertemente afectada por la caída de los commodities, México, América Central y el Caribe se benefician del abaratamiento del petróleo.
Esta semana, como parte de una revisión de sus perspectivas globales, el FMI recortó las proyecciones para América Latina y el Caribe, anticipando una recesión leve de 0,3 por ciento este año y una expansión de 1,6 por ciento en 2017.
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