EE.UU.: Trump, polémico, mediático pero favorito

Por Luis Beatón

La Habana (PL) El multimillonario neoyorquino y aspirante a la nominación republicana para los comicios presidenciales de noviembre de 2016,  Donald Trump, reafirma cada día que es una figura polémica, mediática pero, a la vez, favorita de muchos en Estados Unidos que quieren un cambio político en el país.
Cuando entró a la competencia del Gran Old Party (GOP) muchos pensaron que era una payasada que se desinflaría en breves semanas pero los días, las semanas y los meses pasaron y su empeño se fortaleció hasta preocupar a los hacedores de política en el país.
Unos tras otros sus rivales abandonaron el ruedo y ahora las palabras del llamado showman republicano se hacen realidad, entra a la pelea para ganar, al menos la nominación partidista en la Convención que en julio celebrarán los identificados con el elefante en Cleveland, Ohio.
Figuras que antes de comenzar la carrera tenían el cartel de favoritos como el
exgobernador por Florida Jeb Bush o el gobernador de Illinois, Scott Walker, cedieron al no poder motivar a los electores a seguirlos, algo que Trump alcanzó aupado por un desproporcionado seguimiento mediático que nunca tuvieron sus contrarios.
Difícilmente exista un apellido con más registros en la prensa del país en los últimos seis meses que Trump, «vedette» de la prensa escrita, la televisión o la radio.
Trump por aquí, Trump por allá, en propaganda buena o mala pero en fin, propaganda, lo mantienen hoy como favorito de las encuestas, no importa que su mensaje sea irracional y sus ideas difícilmente puedan llevarse a la práctica, a no ser que se acepte, por ejemplo, su plan de deportar a 11 millones de inmigrantes sin papeles.
Ganador abrumador en la mayoría de las primarias o caucus partidistas, el político de 69 años es una realidad innegable de que muchos estadounidenses quieren algo nuevo, como rechazo a la forma en que se hace la política en Washington.
Considerado un outsider (de afuera del centro del poder), el magnate es rechazado por sus contrarios aun en la pelea, el senador Ted Cruz (Texas)  y el gobernador de Ohio, John Kasich y la maquinaria partidista, que tratan desesperadamente de barrerlo del mapa en un movimiento de todos contra Trump.
La situación es mucho más compleja después de ganar la mayoría de los delegados en juego, en especial en estados como Florida, Carolina del Norte e Illinois y pese a perder el 15 de marzo los 66 delegados de Ohio frente a Kasich.
Todo indica que los republicanos se encaminan a un atolladero en Cleveland, donde puede llegar Trump con los votos necesarios para evitar que se le niegue ser el representante partidista, algo que a algunos no les gusta, o quedarse corto con una mayoría de votos pero inferior a los mil 237 necesarios.
Las primarias del 15 de marzo dejaron a solo dos contrarios, Cruz y Kasich, con posibilidades de detener al puntero pero a la vez se convirtieron en un reto para Trump, ya que en la actualidad su ritmo en la carrera no anticipa que pueda lograr el número mágico de delegados.
Si Trump mantiene su tasa actual de 44 por ciento, llegará a Cleveland con sólo mil 88 del total de dos mil 472 delegados-149 por debajo del mil 237 necesarios para una mayoría.   El triunfo de Kasich en Ohio obliga a Trump a ganar al menos el 60 por ciento de los 600 delegados rojos que aun esta en juego para despejar su camino hacia la convención de julio, en caso contrario, aunque hay un escenario que puede dejar a los republicanos divididos con amenaza de destruir el partido.
Difícilmente la maquinaria roja acepte dar la nominación al que llegue a Cleveland sin tener el número mágico, lo que  requeriría la modificación sin precedentes de las normas existentes.
En el más reciente ejercicio en las urnas, en el lado del partido que se identifica con el asno, el magnate inmobiliario neoyorquino ganó tres estados (Florida, Illinois y Carolina del Norte), perdió Ohio con el gobernador de ese estado, Kasich, y está al frente estrechamente en Missouri contra el senador Ted Cruz (Texas).
El éxito de Kasich en Ohio tiene diferentes análisis, algunos creen que fragmenta el voto partidista a favor del inversionista e impide que Cruz se erija como retador en una carrera de dos.
El neoyorquino tiene ahora más de 200 delegados de ventaja sobre Cruz con un total que lo acerca a los mil 237 necesarios pese a la avalancha de anuncios y críticas negativas en las últimas semanas, las cuales lejos de afectarlo, lo impulsaron a una situación que puede hacer inevitable su nominación.
En este escenario destaca la salida de la carrera del senador Marco Rubio tras perder su estado natal y aún esta por verse hacia donde se moverán sus delegados, los cuales no se irán seguramente con Cruz y es posible que una parte se descante por Trump.
En contra de Cruz, un furibundo ideólogo conservador, funciona que ya los estados del sur votaron y ahora vienen importantes confrontaciones en  el noreste y en zonas del Atlántico donde el puntero debe avanzar más en su empeño.
Por otra parte, las reglas entre los republicanos indican que solo los candidatos que ganen mayoría en ocho estados son elegibles para la nominación y hasta ahora solo Trump supera ese umbral.
En este escenario llama la atención que el llamado «showman» republicano advirtió que espera ganar. Creo que vamos a ganar antes de llegar a la convención, y  si estamos 20 votos menos o si estamos cortos por 100, no creo se pueda decir que no obtenemos automáticamente (la nominación).
Creo que habrá disturbios si no salimos, dijo a la televisora CNN, pues argumentó que representa a  muchos, muchos millones de personas, que en muchos casos votan por primera vez.
Como es habitual en él, polémico y controversial, Trump adelanta el escenario caótico que puede caracterizar la convención republicana y parece decir al Cesar lo que es del Cesar, como dice el refrán.

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